Desentendimiento.

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Ya casi terminaba la tarde, tras cerrar la puerta, encontró a su tutor tecleando hábilmente la pantalla de su móvil, sentado en uno de los sillones. Intentó utilizar la situación para dirigirse a cualquier espacio donde no estuviera el pelirrojo, no sentía la necesidad de disculparse con una persona tan grosera. Tampoco sentía la más mínima culpa, las circunstancias lo empujaron a eso, de haber estado en la casa adjunta o en cualquier otro lugar, no lo hubiera encontrado. No esperaría al supuesto adulto responsable que se encargara de alimentarlo. Incluso había considerado preparar la cena para el mayor cuando estaba en la cocina de sus vecinos.

Por llegar a las escaleras, Taeil lo localizó para ordenarle que regresara y tomara asiento. Visualizó una tarjeta sobre la mesa, al parecer de crédito .

-El dinero es lo de menos, compra tanto como lo desees. Tienes hasta las diez y por favor registralo como una compra urgente, así la entrega será mañana.- guardó su teléfono sin antes dejar también la llave correspondiente del lugar y abandonó la casa.

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Como todas las mañanas, Mark se encontraba leyendo lecturas adicionales a las clases dando sorbos ocasionales a una caja de jugo de sandía. Era la primera vez que no conseguía la concentración que lo caracterizaba, todo el fin de semana había elaborado un millón de preguntas con los escasos mensajes que su amigo le había enviado. Le preocupaba demasiado la inesperada notificación que recibieron el viernes a la salida del colegio por un trabajador social. El pelinegro insistía que era muy sospechoso pero Donghyuck aseguró estar al tanto de la situación, sus padres así lo habían estipulado en su testamento y dio por hecho que aquella persona había cumplido con los requisitos para que pudiera cuidarlo.

-El jugo saborizado artificialmente no ayuda-susurró el castaño.

-¡Hyuckie!- giró sobre sí mismo para tomar el cuello del moreno y atraerlo hacia él. Casi hacia caer al menor pero no podía controlar su agarre que descargaba una necesidad terrible como si no lo hubiera visto por años.-Ocupaste mis pensamientos todo el fin de semana, si repruebo será tu culpa-tomó las hojas sobrecargadas de letras para que el menor tomara asiento a su lado.- El que llegarás descarta la posibilidad de secuestro-tachó su posibilidad escrita en el aire.

-Sería extraño que yo pudiera comunicarme mientras piden dinero por mi, lo siento por enviar pocos mensajes, no tenía idea que solo te iban a generar más preocupación-tomó las manos del canadiense para calmar un poco su ansiedad.

-Yo soy el mayor de edad, el que debería cuidar de ti, y sin embargo, no insistí lo suficiente para acompañarte por tu equipaje y averiguar a donde te llevarían.-bajo el rostro y sonrió débilmente.

-Mis abuelos tampoco lo saben, tan pronto como llegué en el auto del trabajador social, ellos lo insultaron, llamaron a Changmin y se fueron-sonrió irónicamente.

-No soportan la idea que te vayas con un desconocido, y bueno, no podían hacer mucho ante una orden de la Ley-dio un sorbo discreto a su bebida

-No soportan perder. Esa es la realidad. Nunca aceptaron la idea de "perder" a su hijo cuando se casó con Ten y ahora que por segunda vez lo pierden, no descansarán por al menos ganar una vez-tomó la pila de hojas de su amigo sin ninguna intención de leerlas, solo buscaba un material liso en el cual poder repasar con sus manos.

-No digas eso, ellos seguramente te aman y por eso pelean por ti- tomó las mejillas de Donghyck para apretarlas suavemente y se dirigió a otro tema que suponía iba animar el ambiente- Pero ahora no tienes como escaparte, necesito detalles de tu nueva familia.

-Bueno, no es precisamente una familia. Él y yo, nada más- rascó un poco su cabeza al escuchar decir tal declaración, le causaba un poco de incomodidad.

Juntos por la razón equivocada (Taehyuck).Where stories live. Discover now