[1937 | Un Viejo Amor]

Capítulo 38 - Perdido.

Nota: Este capítulo se concentrará más en la casa de Yibo. Arriba encontrarán un mini video haciendo un tour virtual por aquella casa, este video igualmente lo pueden encontrar en la página de FB creada para esta historia.

— Nos reuniremos durante vacaciones ¿verdad? —Xiao Zhan habló. El grupo de chicos salían de la escuela.

Daxun y Yibo asintieron, pero los gemelos se vieron el uno al otro— Perdona Zhan, nosotros viajamos a visitar a unos familiares... pero regresaremos una semana antes de que empiecen las clases.

Xiao Zhan realizó una pequeña mueca que rápidamente cambio a una sonrisa— Esta bien.

— Prometemos que te escribiremos —habló Shin sonriendo— Buscaremos la postal más bonita y te la enviaremos.

Xiao Zhan asintió con una gran sonrisa— La estaré esperando.

— ¿Y nosotros? —habló Daxun mientras Yibo a su lado mantenía un rostro totalmente serio.

Shin dio un vistazo a aquel par— Ah sí, a ustedes también.

Después de despedir a los gemelos un par de señoras llamó la atención del grupo de chicos— Vaya, Nana, parece que llegamos justo a tiempo.

Xiao Zhan al dar la vuelta su sonrisa se amplió— ¡Mamá! —el chico corrió hacia la señora abrazándola.

— Mi ZhanZhan ¿te divertiste mucho en tu último día? —dijo la señora con una gran sonrisa.

— ¡Sí! Mamá ¡me regalaron un postre!

— ¿Madre? —Yibo también quedó sorprendido al ver a su mamá al lado de la señora Xiao. Amabas cargaban cestas con diferentes alimentos en ellas.

— Señora Xiao, Señora Wang —Daxun realizó una leve venía saludándolas— ¡Qué sorpresa verlas!

— Venimos de comprar algunas cosas más para la cena —dijo la señora Wang— Oh Yibo ¿y tus hermanos? —preguntó la señora Wang mirando alrededor.

— Feifei dijo que visitaría a Alice y Yiaer... —Yibo miró hacia dentro de la escuela.

— ¡Mami! —el joven Yiaer se acercó y le dio un abrazo a la señora Wang— Hacía años que no venias a recogerme~

— Es el último día de mi bebé grande en la escuela —respondía la señora abrazando a su hijo. Yibo solo quería desaparecer de la vergüenza por el exagerado saludo de su madre y su hermano— También porque necesitamos más manos para preparar la cena... ¡Oh! Por cierto —la señora miró a Daxun— ¿ZhangWei nos acompañará este año?

— ¡Oh! ¿El señor Da? Mmm... No sé... Hoy escuché que estaría ocupado ¡pero iré a preguntarle! —exclamó Daxun.

— ¡Te acompaño! —agregó Yiaer.