Porque la luna tiene planes bastante alocados, planes que no a muchos les gustan, pero que son correctos.
¿Y quién dijo que no se podía entre hermanos?
⋅ ୧ Inicio : 15/O4/21
⋅ ୧ Final : O2/O5/21
⋅ ୧ Adaptación autorizada
⋅ ୧ Original de @Moony_Moons...
Seúl, Corea del Sur. 3:30 am. Jeno y Jaemin tienen dieciséis y Renjun doce.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jaemin recuerda que hasta hace unos cuatro años el dormir era sencillo, pero ahora era un completo suplicio. Su cuerpo parecía activarse en las noches y dormirse por el día, y eso le molestaba.
Miraba a su gemelo dormir tranquilo y sentía envidia, porque él no podía si quiera cerrar los ojos sin sentirse incómodo.
Se levantó de la cama y salió de su habitación, resignándose a que no dormiría y andaría como zombie al día siguiente.
En el fondo, sabía lo que necesitaba, pero no quería aceptarlo.
Él veía a los vampiros de su escuela y a sus amigos gozar de sus habilidades al cien por ciento, los veía energéticos y felices, fuertes y ágiles. Todo lo que un vampiro completo debería ser.
Algo que Jaemin no era.
Y no por el hecho de tener sangre mestiza, no, eso no importaba, era porque se negaba a beber sangre humana.
— Uno de tus padres y tu hermanito son humanos, ¡Sólo pídeles de su sangre!, se siente fabuloso amigo.
Ugh.
Jaemin sabía que sin esa sangre poco a poco se terminaría por volver loco, y los suplementos no eran tan efectivos como te lo pintaban los anuncios, de hecho eran una mierda con un sabor aún más mierda, y Jaemin comenzaba a desesperarse.
De hecho, ya hizo un intento por clavarle los colmillos a su hermano, y terminó mordiendo una almohada.
Ah, su hermano. Su dulce y tierno hermano.
Era un humano común y corriente, con la sangre más dulce del mundo si su aroma le decía algo, pues éste salía desprendido desde ese punto exacto en el cuello del menor, o en sus blanquecinas muñecas.
Si, Jaemin era débil ante su hermano.
— Jae, ¿Qué haces? — el pelinegro vio al dueño de sus pensamientos en la entrada de la cocina y le sonrió levemente — son los suplementos, no funcionan, ¿cierto?
Odiaba ser tan obvio ante los ojos del menor.
Éste se acercó y tocó su hombro — Te hice algo — dijo emocionado — te gustará, lo sé — el otro lo miró confuso y los ojos color miel casi desaparecieron en el momento exacto que sonrió.
Su corazón salió disparado, Injun se veía tan hermoso sonriendo.
¡Jaemin!
— ¿Qué me hiciste? — preguntó saliendo de su trance.
Injun se acercó al refrigerador especial que Jaehyun le compró a Jaemin para sus suplementos y de el sacó una bolsita de plástico como las que usan en los hospitales