Possessive Brothers ღ NoRenMin

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Los siguientes días fueron críticos para todos en general.

Giselle se recuperaba a un paso realmente lento, y no había muchas esperanzas para una mejoría más rápida sin que ella pudiese recibir un daño permanente.

Yangyang había desaparecido y Jisung intentaba buscarlo mientras cuidaba de Giselle. No había día en el que el pobre chico lobo no estuviera junto a su hermanastra tratando de animarla, y con Chenle apoyándolo a él, eso había ayudado en gran parte a que la peliazul fuese sanando.

Jisung nunca la abandonaba. Y ni hablar de Injun. 

Durante dos semanas hizo más tareas en el hospital, con grabaciones de más clases que sus amigos amablemente le enviaban para que las entendiese. Los exámenes que tuviera los hacía en la escuela y luego de regreso al hospital. No había quién le alejase de su amiga, ni siquiera ella misma era capaz de sacarlo de ahí. 

— Innie... — su voz últimamente salía rasposa y entrecortada. Nada comparado con el tono naturalmente alegre y con aires de grandeza que Giselle usaba desde siempre. 

— Estoy aquí — murmuró él pequeño huamno con los ojos cerrados. Estaba muy bien acomodado en una camilla al lado de su amiga. Ventajas de ser hijo del mejor doctor de Seúl. 

Nadie le decía que no a Doyoung, y Doyoung nunca le decía que no a su pequeño Injun.

— ¿Qué dí-...?

— Sábado, diecinueve de noviembre — la chica suspiró en lo que se intentaba sentar en la cama. En el proceso soltó un quejido que alertó a Injun — Ten cuidado. 

El chico se levantó y la ayudó, poniendo almohadas en la espalda de la mayor, ésta sonrió con las mejillas sonrosadas — Gracias — el menor se sentó en la misma camilla junto a ella — ¿Y los gemelos?

El menor se encogió de hombros — Hasta hace dos semanas todo estaba bien, actualmente, no sé... Jeno se volvió agresivo, bueno, más, ya sabes como es Jeno cuando se enoja, cuando algo le molesta o cuando anda de celoso o posesivo. Su agresividad llegó a cierto punto dónde Jaemin tuvo que cambiar de habitación, porque ni bien se veían ya se querían destrozar mutuamente, como sí sus instintos más salvajes estuviesen a flor se piel. Lo peor fue que sí estaba con Jeno para intentar calmarlo, el agresivo era Jaemin, incluso hubo un incidente dónde tuvieron que separarlos para que no se mataran ahí mismo, en frente de mí. 

« — ¿Jeno? — entré a su habitación con algo de temor. Él me miró con sus ojos dorados, pues así estaban desde hace un tiempo, y nunca cambiaban — ¿Estás bien?

— Si — esa sonrisa que tanto lo caracterizaba se dejó ver, pero en ésta sobresalían sus colmillos. No le presté atención y corrí a abrazarlo. Su abrazo como siempre, me protegió, me hizo sentir a salvo entre sus brazos.

Efecto únicamente logrado por él y Jaemin.

Hablando de él...

— Alejate Jeno — voltee a verlo, sus ojos rojos y la piel demasiado pálida, más de lo normal.