Porque la luna tiene planes bastante alocados, planes que no a muchos les gustan, pero que son correctos.
¿Y quién dijo que no se podía entre hermanos?
⋅ ୧ Inicio : 15/O4/21
⋅ ୧ Final : O2/O5/21
⋅ ୧ Adaptación autorizada
⋅ ୧ Original de @Moony_Moons...
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Jeno despertó con un asfixiante dolor de cabeza y una sensación pesada en todo el cuerpo. Gruñó levemente, tratando de acostumbrarse a la luz del sol.
Esperen, ¿luz del sol?
Eso le extrañó y rápido observó a su al rededor buscando algo familiar, y notanto rápidamente que no estaba en su cuarto, pues él no dormía en un campo lleno de flores y su cama no estaba ubicada en el césped debajo de un árbol de cerezo. Aunque debía admitir que el paisaje era bastante lindo.
Se levantó sin entender nada. Buscó a Jaemin con la mirada, y calló en la preocupación al no verlo, pero el pánico lo llenó al no hallar a Injun tampoco.
No había absolutamente nadie. Sólo él y la abundante mezcla de verde y algunos colores provenientes de las flores.
Dios y la Luna sabían que no duraría ni un segundo en la miseria que sería una vida sin sus hermanos.
Miró su vestimenta, encontrando que ésta era completamente blanca. Estaba descalzo y su pantalón le quedaba ancho en la zona después de los muslos, además de estar rasgados de la parte de abajo.
Bajó de la pequeña colina donde había despertado, tocando su rostro en un intento de despabilarse. Ahí notó otro detalle.
¿Y sus perforaciones? Tenía una en la esquina izquierda del labio inferior, otra en el orificio derecho de su nariz y dos en cada oreja.
Ninguna estaba.
Esto definitivamente tiene que ser un sueño o una pesadilla.
Escuchó una risa infantil y levantó la cabeza. Ya estaba en medio de un montón de girasoles, que eran las flores favoritas de Injun, y frente a él una nube de polvo estelar transmitía una escena de su pasado.
— Vamos Innie, di "Jeno".
El pequeño lobo miraba a su hermanito con la esperanza danzando en sus ojos. El infante aún no hablaba bien, y el castaño mayor deseaba ser quien le enseñase.
— Je... Je... ¡No!
El actual Jeno rió al ver a su yo pasado gruñir frustrado al aceptar el claro fracaso.
La nube desapareció, dejando a Jeno más confundido. Siguió caminando hasta llegar a una zona donde habían tulipanes, las flores favoritas de Jaemin y sonrió ante ello. Nuevamente una nube apareció, ésta vez mostrando a ambos gemelos preadolescentes.
— Vamos Jaemin, no tengas miedo.
Se podía identificar a él y a su gemelo a la edad de trece años en el pequeño recuerdo. Ambos estaban en el bosque, perdidos. Sonrió al recordar ese día, se habían alejado de sus compañeros de campamento al ir a recoger leña, y terminaron unas dos horas caminando a la deriva hasta encontrar el bendito campamento.
