Porque la luna tiene planes bastante alocados, planes que no a muchos les gustan, pero que son correctos.
¿Y quién dijo que no se podía entre hermanos?
⋅ ୧ Inicio : 15/O4/21
⋅ ୧ Final : O2/O5/21
⋅ ୧ Adaptación autorizada
⋅ ୧ Original de @Moony_Moons...
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Injun conoció a Giselle cuando empezaron quito grado de primaria. De eso hace ya dos años, y desde entonces supo que la chica tenía un algo que llamaba la atención y que a simple vista te atrapaba.
Era interesante ver como una niña de diez años tenía el cabello teñido, y aunque ahora Giselle se arrepentía, Injun siempre diría que el color rosa fue uno de los mejores que la mayor llegó a tener.
Al pequeño rubio también le gustó lo mucho que la extranjera intentaba aprender lo mejor posible el idioma coreano, y recordó que la primera vez que hablaron fue porque su profesor le pidió que la ayudara.
— Soy Jung Injun.
— I don't care.
Si, fue difícil hablar con ella al principio porque casi no se entendían y la chica no le decía ni la hora, y teniendo en cuenta que sabía su nombre gracias a su profesor, se puede dar a entender la casi inexistente relación que llevaban.
Giselle era rara, linda, pero rara.
Sin embargo, Injun encontró algo en común entre ellos, y fue lo que le abrió las puertas a ser amigos.
— Ugh, fuck you J.K Rowling, ¡¿Ginny and Harry?! ¡¿Really?!
— ¿Te gusta Harry Potter?
Y se puede decir que desde entonces su amistad mejoró un poco. Ella hablaba más, le prestaba más atención cuando le explicaba y enseñaba su idioma, e incluso se empezaron a ver en los recesos y también luego de clases.
Injun recuerda que Jeno y la, en ese entonces pelirosa, se odiaban a muerte, porque Jeno era, bueno es, un celoso sobreprotector que no aguantaba ver a su hermano con alguien más, y Giselle es alguien a quien las opiniones se le resbalan.
Por suerte superaron esa etapa de "Maldita niña peliteñida" y "Estúpido perro pulgoso" y ahora podían compartir una casa sin intentos de homicidio.
Pero, obviando todo lo que tuvo que pasar para lograr ser amigo completo de la americana, lo que terminó por unirlos sin duda fue en sexto grado, cuando el menor, cansado de la cortante actitud de la chica, comenzó a hacerle preguntas.
─ ¡Por lo menos dime tu apellido!
Justo en ese momento iban cruzando la calle, y un auto venía directo hacia ellos. Injun no esperó para nada que de repente todo a su al rededor se detuviera, y el auto que antes se acercaba con una velocidad que hubiera acabado con su pequeño cuerpecito, estuviera quieto frente a él. Volteó a ver a Giselle y notó como la de ojos más oscuros mantenía sus manos en su collar, del cual salía una luz verde extraña.
