Porque la luna tiene planes bastante alocados, planes que no a muchos les gustan, pero que son correctos.
¿Y quién dijo que no se podía entre hermanos?
⋅ ୧ Inicio : 15/O4/21
⋅ ୧ Final : O2/O5/21
⋅ ୧ Adaptación autorizada
⋅ ୧ Original de @Moony_Moons...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Hablemos de Jung Jeno, ¿Les parece?
El gemelo mayor era un chico realmente increíble en todo el sentido de la palabra. Se trataba de un atleta formidable, hermano cariñoso, buen estudiante dentro de lo que cabe, un amigo espectacular y, ¿Por qué no? El chico no tenía nada que envidiarle a ninguno de esos modelos de revistas con brazos musculosos y torso bien trabajado.
Era la caída de muchos corazones rotos, varios sueños húmedos por ahí y una que otra paja culposa.
Jeno era el chico de ensueño de cualquiera.
Siendo un hombre lobo, su musculatura era natural, no muy exagerada, tampoco invisible. Puede decirse que estaba en la línea intermedia perfecta. Claro, el tener una actividad física constante y algo bastante fuerte también ayudaba a mantenerla.
Solía mantener apariencia de matón, y más cuando llevaba su preciada harley negra a la escuela por puro capricho, o porque su bonito hermanito no quería caminar.
Jaemin tenía una velocidad privilegiada, él se jodia e iba a pie.
Si, tenía diferentes razones para mostrar una apariencia ruda o dark, como decía cuando era más joven, pero a pesar de ello y de los prejuicios de la gente al verlo con unos cuantos tatuajes y piercings, Jeno era una bolita de amor y ternura que únicamente salía a la luz con Jaemin, aunque le costase aceptarlo, y con Injun.
Y contrario a eso y a sus diecisiete años, tenía la suficiente fuerza para arrastrar dos equipos de fútbol americano por todo el campus de la escuela y seguir viéndose enérgico.
Seguía siendo un cachorrito mimado en el fondo, uno que sólo quería mimos de Injun y molestar a Jaemin.
Amaba a esos dos.
Si, Jeno podía ser lo que quisiese, pero al llegar a casa con su dulce hermanito menor, no era más que eso, un cachorro. Y con Jaemin, un maldito salvaje que se la pasaba golpeándolo.
Era la forma especial de los gemelos para darse amor.
— ¡Jung! — llamó el entrenador — ¡Suficiente por hoy! ¡Bien hecho!
Jeno sonrió y soltó las cuerdas de cuero que sostenían el trineo en el que se mantenía el equipo de básquet de la escuela, quienes observaban con sorpresa al lobo que los arrastró a todos juntos sin demostrar una sola pizca de cansancio o esfuerzo exagerado.
Sudoroso, con ganas de darse un baño y aún con fuerzas suficientes para poder dar otra vuelta al campus con el equipo de básquet completo e incluso algunas porristas.
Si, era como un niño pequeño con muchas energías.
Se despidió del entrenador y del equipo que aún seguía sorprendido para luego correr donde estaban sus cosas. Tomó su teléfono y se topó con cinco mensajes de su gemelo.
