El gato y el ratón

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Capítulo 3

— Fanett...

Escucho un leve susurro junto a mí, lo suficiente para despertarme y tomar el hacha que está debajo de mi cama apuntando directamente a su cuello.

— Soy yo — Micah levanta las manos al sentir como el filo del hacha está contra su cuello

— ¿Qué haces aquí y como entraste?

— La contraseña de tu puerta es la fecha de tu cumpleaños creo que es algo obvio, ahora aleja esa cosa de mi cuello.

— No vuelvas a entrar de esa manera, no doy segundas oportunidades — coloco el hacha en la mesa — ¿Qué sucede?

— ¿Piensas en matarme? — frunce el ceño

— No, eres mi único amigo, casi como mi hermano, no te mataría — elevo la ceja — Al menos no aún.

— Así que si tienes corazón — esboza una sonrisa

— No juegues Micah, tampoco tienes tanta suerte.

— Tengo información sobre los Pernelle.

Enciendo la luz de mi habitación y me siento en el sillón en espera de la respuesta de Micah.

— Están muertos.

— No pueden estarlo, ellos mataron a mis padres — niego con la cabeza

— Connor y Nathan lo están, los encontraron con cinco disparos en el cuerpo — me muestra las fotografías de las cámaras de seguridad — él único Pernelle que queda es Cassian pero desapareció desde la muerte de su padre y hermano, puedo asegurarte que fue él quien hizo la orden tengo los registros de sus llamadas en donde lo demuestra.

Me muestra las únicas fotografías que hay de Cassian, un castaño de cuerpo atlético, ojos grises, vestía de traje y estaba junto a Nathan.

— ¿Por qué no hay información de él?

— Connor era un experto ocultando a su hijo, no hay nada de él y está es la única fotografía, comenzaron a tener más cuidado desde que los negocios con tus padres salieron mal.

— Así que Cassian Pernelle vengó a su familia y después se va a esconder como una rata — digo entre dientes

— Alguien quiere jugar al gato y el ratón — esboza una sonrisa — Este es el último lugar en donde una cámara de seguridad lo captó, en la esquina de Eriday.

— Eso está a una hora de aquí — me pongo de pie

— No puedes ir ahorita, la casa está rodeada de policías y personas por el accidente — dice con algo de preocupación

— Mañana en el funeral — me limito a decir sin prestarle mucha atención

— Es a las cuatro, ¿en serio vas a perderte el funeral de tus padres? — cuestiona con inquietud

— Yo me despedí de mis padres en ese auto, ahora me toca actuar — me pongo de pie — Gracias Micah.

Nunca fui alguien apegada menos sentimental y cariñosa, está situación no lo cambiaría estúpidos sentimientos no iban a interferir en mi juicio.

— No hay de que — se pone de pie — Es mi trabajo.

Me acerco a mi armario al ver que Micah se había ido, muevo una parte del cielo falso y saco unos cuantos billetes que había escondido en caso de emergencia, comienzo a meterlos en la mochila.

Decido colocarme ropa negra junto a mis botas en donde guardo una daga, escondo un cuchillo y una navaja entre las bolsas laterales de mi pantalón y vendo mis nudillos junto a mi mano por si llega a ser necesario utilizar la fuerza. Sujeto mi cabello con una cola y me coloco una gorra negra.

Tomo el hacha y el cuchillo que había dejado en mi mesa metiendo todo en la mochila, salgo y verifico el perímetro, todos estaban en la planta baja recibiendo flores y las respectivas condolencias.

— Samuel, necesito tu ayuda — cierro la puerta de su oficina

— ¿Qué sucede?

— Voy a irme...no sé cuándo regresare, pero necesito que te encargues de los casinos y de la casa.

— Señorita Fanett yo no...— dice en un tartamudeo

— Mi padre confiaba en ti y yo también  hago...tengo cosas que hacer y todo no puede parar todo por mi ausencia.

— Por favor tenga mucho cuidado — busca entre los cajones del escritorio hasta encontrar una llave — Son las llaves de mi auto va a necesitar un transporte.

— Gracias Samuel — tomo las llaves y sonrío levemente

Camino por los pasillos desolados hasta llegar nuevamente a la armería, faltaban unas cuantas horas antes del funeral y las iba a utilizar para entrenar, el lugar era como un bunker, nadie entraba si yo no lo quería. El tiempo pasaba rápido y era curioso como parecía ser demasiado sencillo, un chico tonto intentado ocultarse después de haber matado a una de las familias más poderosas se oculta en un viejo edificio no tan lejos del lugar de los hechos.

O era muy tonto o planeaba algo muy grande. Salgo finalmente de la armería y me mezclo con todas las personas que acompañaban el ataúd de mis padres y el mío hasta el cementerio, Samuel estaba enfrente junto a los demás trabajadores de la casa, Micah no estaba presente y no reconozco ni a una cuarta parte de las personas que hay en este lugar.

Me escabullo hasta llegar a la cochera en donde tomo el auto de Samuel, conduzco por aquella montaña en la cual no quedan ni rastros del accidente, la sangre de mis padres, mi sangre ya no se encuentra en el asfalto la lluvia se había encargado de limpiar cualquier rastro. Supongo que de eso se trataba morir, ser apreciados un instante y después ser olvidados para ser sincera me gustaría saltar la parte de ser apreciada o recordada.

Morir sola, ahogada con mi propia sangre o sintiendo como lentamente mi cuerpo se desgarra, era una muerte digna gracias a todo lo que mis padres han hecho y lo que yo voy a hacer prefería eso. Sufrir antes de morir después de todo que es un poco de sufrimiento más después de toda una vida repleta de este.

Vigilo mis espejos para asegurarme de que nadie me esté siguiendo y acelero cada vez mas para salir del pequeño pueblo de Ebedent un lugar lleno de muerte, dolor, peligro y secretos, o al menos eso era para muchos que solo iban de paso buscando una salida rápida, pero yo estaba más que complacida de llamarlo hogar.

Si Cassian quería jugar al gato y al ratón yo estaba dispuesta de seguir su juego y tal vez de ultimo averiguar quién está más corrompido en su interior.  

  

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En la penumbra +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora