Indestructible

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Capítulo 10

Limpiar la sangre de mi cuerpo era algo que me gustaba era casi como algo placentero, ver como la sangre se desvanece simplemente con agua volviéndose nada.

Después de un largo viaje, finalmente llegamos al fuerte de Cassian el cual es un lugar grande, pero muy minimalista en los detalles.

Después de llegar Cassian termino vomitando en el baño debido aquella escena que presenció, había sido mucho para el pobre en tan poco tiempo.

Me dio una habitación en la cual decido darme una ducha y disponerme a dormir siempre teniendo el arma a la par de mi cama y un cuchillo debajo de ella.

Toda mi vida me había sentido como alguien indestructible, intocable, pero hoy me demostraron que no era así la diferencia es que yo no lo demostraba.

Había dejado muchos muertos a mi paso y aún faltaban más lo cual me entusiasma como si se tratara de esperar la navidad cuando se es niño.

— Fanett ¿me dejas pasar? — escucho la voz de Cassian del otro lado de la puerta junto a la luz del sol

— ¿Qué sucede? — abro la puerta con molestia

— Traje comida, antibióticos, ropa y necesito ver cómo vas sanando.

Cassian entra a la habitación y deja todas las cosas en la mesa, revisa mi herida la cual está en perfecto estado, aunque su preocupación no desaparece.

— Tienes que comer.

— Tú también deberías hacerlo vomitaste todo ayer.

— No estoy acostumbrado a ver como desmiembras a alguien creo que mi reacción fue normal.

— Llorón — ruedo los ojos y comienzo a comer

— Conozco a unas personas que pueden saber dónde se esconden los Jesfer.

— Pues hay que ir, antes voy a entrenarte.

— Primero tienes que sanar, no eres inmortal.

Ruedo los ojos y asiento, termino de comer y Cassian sale de la habitación, me quedo acostada y observo al techo, no se que hacer nunca tuve tiempo para descansar o pensar en algo que no fuera como superar cada vez más mis límites.

Diez años atrás

Tienes que aprender a soportar el dolor.

Mamá vuelve a dar otro azote sobre mi piel haciendo que arda cada vez más, sentía como la carne era desgarrada y la sangre caía, si llegaba a gritar sería peor, no tenía que hacerlo.

Esperaba que a mis doce años estuviera viendo alguna película, pero en lugar de eso estoy aquí siendo azotada por haber gritado cuando la bala atravesó mi pierna.

— Creo que es suficiente por hoy, ve a entrenar.

Deja caer el látigo el cual está lleno de sangre. Mi espalda ardía, palpitaba y sentía como si fuera el infierno cuando tuve que ponerme de pie y poner recta la espalda. Tomo mi cabello en una cola alta y me dirijo al salón en donde me esperaba mi primer contrincante.

En la penumbra +21Where stories live. Discover now