Destino

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Capítulo 35

Mi destino siempre fue enloquecer o tal vez nunca tuve ni una gota de cordura en mi cuerpo y por eso estarlo se siente tan extraño.

Miro al techo mientras todo da vueltas a mi alrededor, algunas veces los medicamentos no hacen efecto y me dejan con un terrible insomnio.

— ¿Vas a quedarte ahí acostada? — la pelinegra se encuentra recostada en la puerta la cual no logro descifrar de qué manera logro abrir

— ¿Qué haces aquí? — me levanto de la cama mientras empuño mis manos

— Hoy en la tarde me dijiste que querías ir al techo, así que no voy a perder más tiempo ¿vienes o no?

— ¿Y Ray? — cruzo los brazos

— Estoy cuidando, apresúrate antes de que alguien nos descubra — murmura mientras se asoma a la puerta

Me pongo de pie y me coloco los zapatos para poder seguirlos, pasamos por el pasillo intentando evitar a los guardias hasta subir las escaleras hacia el último piso el cual estaba bloqueado.

— ¿Cómo piensas entrar? — levanto la ceja

— Aquí tienes un clip, es tu turno — me da el clip

Ruedo los ojos y comienzo a intentar abrir el cerrojo, la puerta era de metal por la cual el sonido al abrirse es muy estruendoso, pasamos por unas habitaciones en las cuales hay personas sujetadas a las camas como a mí me tenían cuando llegue por primera vez a este lugar.

Seguimos nuestro camino hasta el techo haciendo que el viento nos empuje levemente y que mi piel se erice.

— ¿Por qué ellos se encuentran aquí?

— Son pacientes que nunca progresan y necesitan un tratamiento más intensivo, algunos de ellos están aquí porque son muy peligrosos — responde Ray

— Esa es la cosa aquí Fanett, tienes que aceptar lo que eres o nunca saldrás de aquí — menciona la pelinegra

— Parece que tú tienes mucha experiencia — levanto la ceja y cruzó los brazos

— Por eso te lo digo, has algo bueno por ti y deja que te ayuden o solo vas a empeorar hasta que tu mete éste delirando...

— ¿Y tú quién eres? — digo extrañada

— Soy tú — esboza una sonrisa

— No eres real... — digo en un suspiro — Nada de esto es real...

Coloco mis manos en mi cabeza y me siento en el suelo, cuanto hasta cinco y luego hasta diez intentando que mi respiración se vuelva normal, las lágrimas comienzan a salir y aquel sentimiento de estar atrapada y querer gritar se vuelve más grande al igual que la presión en mi pecho.

Fanett... Fanett...

Escucho las voces de todos al rededor mía no sólo era Ray, era Cassian, también Merle, mis padres eran todos, cubro mis oídos en un intento fallido de hacer que las voces se detengan

— Uno, dos... — me pongo de pie — tres, cuatro... — subo a la cornisa — cinco, seis...

Veo a mi alrededor y no hay nadie, no existe Ray, tampoco aquella chica pelinegra, estaba perdiendo la cabeza o tal vez solo me estaba dando cuenta de lo que en realidad sucedía.

— Siete... ocho — fijo mi vista hacia enfrente, en aquellos árboles que veo desde aquellas rejas — nueve y diez...

Me separo de la cornisa sujetándome de un metal que hay en el lugar para poder regresar, no había nadie, solo estaba yo...

En la penumbra +21Where stories live. Discover now