Capítulo Extra

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Siempre pensé que el tiempo no espera a nadie y tengo razón, no lo hace, pero cuando estas tan perdida en tu desgracia no le prestas atención.

El tiempo está enfadado conmigo por haberlo ignorado tantos años, esa es mi única explicación para los sucesos del presente, el tiempo se venga de mí pasando de manera rápida dejándome un sabor amargo en la boca y un sentimiento de descontrol.

— ¿Ya conoces el plan? — dice Cass mientras se coloca la camisa dejando a la vista cada uno de los tatuajes de su espalda los cuales cubren las cicatrices

— No creo estar preparada para esto — sostengo mi cabello con las manos y me cubro con la sabana

— ¿Tú no estas preparada para un trabajo? — enarca la ceja

— Silencio Cass, ¿acaso debo de contarle la cabeza a alguien?

— No, claro que no.

— ¿Acaso debo torturar a alguien?

— No Fanett — rueda los ojos

— Entonces no, no estoy preparada, Candy puede estudiar en casa — esbozo una sonrisa — Puedo enseñarle yo.

— Te amo, pero no eres una buena maestra.

— Sigues vivo, ¿no es así? — enarco la ceja

— Sí es así.

— ¡Entonces soy buena maestra y punto! — me pongo de pie y me cubro con las sábanas — Ahora, voy a completar mi misión.

— Solo tienes que dejar a Candy en su primer día de secundaria, es justo, yo lo hice las otras veces.

— Ya lo sé, sólo que... es muy rápido, ella está creciendo muy rápido.

— Va a la secundaria, no a la universidad — se acerca a mi y esboza una sonrisa — Aún va a estar un par de años con nosotros.

— No me hables de esa manera porque me haces sentir débil y tengo que informarte que mis cuchillos siguen en la mesa de noche.

— Ya lo sé — me da un beso rápido y sale de la habitación

Entro a la ducha y me pongo una blusa negra junto a un pantalón, aunque pasen los años sigo sintiéndome rara en ropa normal, pero tuve que aprender o las personas comenzaban a sospechar y era momento de salir huyendo antes de que la policía nos atrape.

Una vez casi lo logran, Candy era una niña aún y nos vio a Cassian y a mi volver llenos de sangre ya que tuvimos que acabar con un escuadrón de militares armados.

— Buenos días mamá — dice de manera calida mientras le da una mordida a una galleta — Tranquila, no tienes que llevarme si no quieres, se que...

— Voy a llevarte y si alguno de tus nuevos compañeros te ve mal prometo cortales el cuello.

— Tranquila, llevo el cuchillo que me diste — esboza una sonrisa

— ¿Cuantas veces debo de decir lo mismo? no puede llevar armas al instituto — reniega Cassian

— ¿Quieres qué un día la secuestren y muera? — enarco la ceja y Candy imita mi acción

— No.

— Entonces tienes dos opciones, dejas que lleve el cuchillo o dedicas toda tu vida a matar a las personas que nos quieren hacer daño y la lista es larga — le doy un sorbo al café — Listo, nos vamos.

Me pongo de pie y guardo el arma en mi bolso junto a mi teléfono y una barra de cereal la cual ya debe de haber expirado, subo al auto en espera de Candy quien sale corriendo con un termo en la mano.

En la penumbra +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora