Cap 11

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Capitulo 11




Federico abrió los ojos  lentamente dándose cuenta del cuerpo femenino y fresco a su lado, Cristina, su esposa...

Ella estaba acostada sobre él, apoyando las manos en su pecho. Tenía una pierna estirada y la otra doblada debajo de la suya. La sabana se había deslizado y ahora cubría sólo una parte de sus nalgas, dejando la espalda desnuda y los muslos también expuestos. Un pecho escondido por el brazo, pero el otro, estaba en exhibición, mostrando el pezón oscuro.
Una visión espectacular, que hizo una cierta parte del cuerpo masculino ponerse dura rápidamente.

Cerró los ojos con fuerza, tratando de controlarse. Cuando abrió otra vez los ojos percibió que había pequeñas marcas rojas en todo el cuerpo de Cristina. Tal vez hubiera sido muy intenso… La miró y vio que estaba sonriendo mientras dormía, parecía que no le importaría.

Federico sentía que podría pasar el día entero viéndola, y fue exactamente eso lo que hizo por un largo rato, mientras que los rayos del sol penetraban la habitación.

Parecía un sueño. Ahora despertaría a cada mañana con su esposa a su lado. El único problema es que él no sabía cómo ella iba a reaccionar. Por ahora, el mejor sería no pensar en ello. Se acurrucó más cerca de su esposa, manteniéndola pegada a su cuerpo y volvió a dormir.

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*****Hacienda Platanal****

Una visita que nadie esperaba, incluso Severiano que estaba enfermo.

Con su maletín en la mano y una gran sonrisa, mostrando los trescientos dientes, el hombre fue recibido por la mirada atónita de los empleados.

Tal vez estas miradas sorprendidas, era debido a él estar bonito…. ¿O se debía a su aparecimiento en la hacienda en un momento tan temprano en la mañana?

V: No lo esperábamos aquí, pero pase doctor. Espere un momento que voy a decir a los patrones – dijo Victoria a Ángel Luis, antes de subir las escaleras.

Vic: Siéntese, doctor. ¿Qué le trae por estos alrededores? -  preguntó Vicenta quien había quedado haciendo compañía al médico.

A.L: Pues… he venido a revisar Don Severiano, se lo prometí a Cristina cuidar personalmente de él – Ángel Luis se sentó lentamente, todavía sentía dolor en sus partes íntimas debido al paseo en el caballo sin ensilla. - Y Cristina, ¿sigue durmiendo?

Vic: Ah, ¿el doctor todavía no lo sabe? Cristina está en luna de miel en Villahermosa.

El salto que el médico dio asombrado por la noticia, hizo sus muslos dolieren todavía más. Él hizo una mueca de dolor.

Vic: ¿Se siente bien? – Preguntó sonriendo para sus adentros al ver la decepción reflejada en los ojos del visitante.

A.L: Sí... – él volvió a sentarse - Es sólo una molestia en las piernas, estoy bien.

No esperaba esta noticia, ya sabía que ella estaba comprometida con Federico, pero no imaginó que se casaría tan rápido. Ahora sus planes de conquistarla se hacían más difíciles. Había luchado contra los dolores causados por el hacendado despiadado, sólo con la intención de verla y resulta que ahora estaba casada y en luna de miel.

Quería huir, pero como él había utilizado el pretexto de la revisión de Severiano no podía salir de la hacienda sin al menos ver a su paciente.

Mientras tanto, Victoria tocaba la puerta de la habitación de los patrones.

Cons: ¿Qué? - Consuelo abrió la puerta, sólo en bata y con los ojos aún somnolientos.

V: Señora, perdóname molestarlos pero el doctor Ángel Luis está ahí abajo y dijo que vino a revisar a Don Severiano.

DOMANDO A LA FIERA Where stories live. Discover now