DOMANDO A LA FIERA

CAP 12

aqui les dejo otro cap ♥️🔥
déjame sus votos pls
☺️🙏❤️
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Después de llegar a los cielos con un orgasmo fabuloso, Cristina cayó al lado, jadeando. Respiraba con dificultad, se sentía cansada, pero esa sin duda había sido la mejor cabalgada hasta ahora en toda su vida.

Cuando sintió su respiración normalizada, Federico se giró hacia su esposa y la atrajo hacia él. Rápidamente ella trató de cubrirse con la sábana, pero él no le permitió.

F: Cristina, porque te da vergüenza, ¿eh? Ya he visto todo y te digo que me ha encantado todo tu cuerpo. Tus pechos, tus muslos, tu trase...

C: ¡Para Federico! - Ocultó su rostro en el pecho de su marido. - Yo ya no soy una jovencita, mi cuerpo ya no es tan firme como antes…

F: Menos mal que ya no eres una jovencita como dices, porque me estoy volviendo loco con este cuerpo maduro. ¡Cristina mi amor, eres muy hermosa! No es necesario que te avergüences, yo soy tu marido - besó su cabello y la hizo levantar la cara para mirarla a los ojos y transmitirle confianza. - ¡Eres la mujer más hermosa que he visto en mi vida y tienes un cuerpo espectacular!

C: ¿Te gusta? - Preguntó débilmente.

F: Oh cielos… Tú no tienes ni idea de cómo me gusta. ¡Estás hecha a mi medida, eres perfecta! Y cuando me enteré de que eras virgen, entonces me he vuelto loco en saber que sólo yo conozco a tu cuerpo.

C: Sólo tú lo conoces, pero no te pertenece - ella sonrió, le encantaba burlarse de él.

F: ¿Ya vas a empezar? ¿Quieres probar de nuevo? ¿Dos veces no han sido suficientes?

Ella se rió más fuerte.

C: Oh, Federico, hacer el amor es tan... tan...

F: ¿Bueno?

C: Sí... – lo miró con timidez. -Es adictivo, deja con ganas de más…

F: Quieres más, ¿verdad? ¡He despertado al huracán Cristina!! - Bromeó, tomando la mano de ella entre las suyas. - Pensé que hoy cuando despertaras me ibas a correr de la habitación, patearme, gritar, golpearme...

C: ¿Porque yo habría de golpear a mi marido? – Preguntó con dulzura en sus ojos.

F: Hmm... ¿A qué se debe esta tregua? Esta no es mi esposa. ¿Dónde está la Cristina que yo conozco? Siempre de mal genio y pendenciera…

C: ¡Yo no soy así! - le pegó en el pecho.

F: Oh, mi verdadera esposa regresó...

Ambos rieron.

C: Cuando me desperté, por un momento pensó en irme, pero entonces te despertaste y luego hicimos... eh... ya sabes... y ahora ya no quiero alejarme de ti... Yo quiero estar con mi marido...

F: ¡Dios mío, realmente has cambiado! Si yo supiera que todo era debido a la falta de sexo, te habría hecho mía allí en la cascada cuando te encontré desnuda...

C: Oh, casi me muero de la vergüenza ese día...

F: Y yo me quedé con un gran problema en los pantalones...

De pronto él se puso serio.

F: ¡No quiero que vayas a nadar desnuda allí otra vez!

C: ¿Esto es una orden??

F: Puedes entender cómo quieras, pero yo no quiero que te estés exhibiéndote desnuda en la cascada.

C: ¿Ahora resulta que eres un marido mandón? – Se levantó y se envolvió en la sábana cubriendo su desnudez. - Voy a nadar desnuda cada vez que se me pegue la gana y poco me importa lo que tú piensas...