CAP 21

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Cristina estaba acostada en la cama del hospital, tenía la mirada perdida, pensando en todo y nada.  En su cabeza vinieron las imágenes de Federico gritando como un loco, enfurecido. Cuando se dio cuenta de que estaba ciego, comenzó a maldecir y gritar. Las enfermeras vinieron y se la llevaron fuera de la habitación a tiempo de ver cómo dos hombres lo sostenían firmemente y le aplicaron un tranquilizante. Ella, llorando, fue llevada por la enfermera.

Ahora esperaba a que su marido se despertara, quería estar a su lado cuando se despertara en la oscuridad pero no la dejaron salir así que sintiéndose débil y cansada, decidió al menos intentar quedarse tranquila. Ángel Luis había dicho que el golpe en la cabeza había afectado el área de visión del cerebro y Federico sería sometido a una nueva cirugía para revertir la situación.

Afortunadamente la lesión de la médula no afectaría en nada en los movimientos de su cuerpo. Sería un verdadero dolor de cabeza si además de estar ciego Federico también se quedase parapléjico. Cristina se puso las manos en la cara y lloró. El médico llegó en ese momento, al verla así no pudo contenerse y la abrazó, consolándola.

AL: Cristina, tienes que ser fuerte. Tengo una gran noticia para darte – dijo mostrando unos papeles en la mano.

C: ¿Federico va a volver a ver? - Preguntó con esperanza.

AL: Todo va a depender de la cirugía - la soltó y se levantó. - Pero no fue eso lo que vine a hablar. Lo que tengo que decirte es de los análisis que te hicimos.

C: ¿Hay algún problema?

AL: No, ningún problema, como ya lo he dicho, es una gran noticia. Pedimos varias pruebas para ver si todo estaba bien después del accidente y uno de ellos señaló que estás embarazada.

C: ¿Embarazada? - Se llevó la mano a la boca para contener el grito, sintió miedo y felicidad a la vez. - Pero... ¿Cómo es posible??? Mi edad...

AL: Es totalmente posible. Para que te sientas más segura, voy a pedir que actualicen de nuevo los exámenes.

C: ¿Un niño? - Apenas oyó lo que el doctor decía. Emocionada puso las manos sobre su vientre. - Un hijo, Ángel Luis… ¡Dios mío, esto es maravilloso, voy a tener un bebé de Federico!

El médico sonrió, pero por dentro estaba sangrando al ver la alegría de Cristina ante la noticia del embarazo.

Era obvio que estaba inmensamente enamorada de su marido y la llegada del hijo de los dos sólo iba a fortalecer la unión de ellos. Decidió que no valía la pena interferir en su matrimonio. Sería amigo de Cristina, iba a enterrar su amor y dejar la amistad florecer. Tal vez él no la amaba, ni siquiera estaba enamorado, quizás solo estuviera Ilusionado con su belleza.

AL: Sí Cristina, es una gran felicidad  tener un bebé, incluso a tu edad como dices - se acercó y le tomó por las manos. - Cuenta conmigo para lo que necesites y quiero ser el padrino, ¿eh?

C: ¡Estoy tan feliz! - lo abrazó - Pero, cuanto a ser el padrino, no lo sé. Federico muere de celos de ti.

AL: Él no tiene ninguna razón para sentir celos, quiero que seamos sólo amigos. Quiero tu felicidad y sé que tu felicidad está al lado de él, así que estaré feliz.

Ángel Luis y Cristina aún hablaron durante unos minutos más. Cuando él salió, Consuelo, Vicenta y Victoria entraron a ver Cristina. Las tres señoras casi tuvieron un ataque del corazón con la noticia del embarazo de su niña. Cristina sonrió imaginando que su bebé sería muy consentido porque tendría tres abuelas.

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