CAP 02

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Cristina llegó a su casa y si fue a toda prisa a su habitación. Una vez dentro, se arrojó sobre la cama, estaba sin aliento, los ojos muy abiertos demostraban su sorpresa por la situación… Por primera vez en su vida se sintió atraída hacia un hombre.

Se quitó toda la ropa quedando sólo en bragas y sujetador. De pronto hacía un calor horrible…

Federico Rivero era un muy sexy y guapo… Fue una sensación increíble sentirlo tan cerca y cuando él la abrazó ella sentía mariposas en el estómago, sus piernas temblaron y ella querí a que
la besara pero en el último segundo tuvo miedo.

Sacudió la cabeza para despejar los pensamientos...

¿Qué hacia ella pensando en el hombre que había tenido el descaro de mirarla mientras se bañaba desnuda en la cascada?

¡Él era un pervertido, grosero, estúpido, bruto!

Pero tambien era tan fuerte, hermoso...

C: Ya basta Cristina, tienes mejores cosas en que pensar – se regañó a sí misma.

Levantándose de la cama se fue al baño, se duchó, se vistió y se fue a ver a su padre. Hasta mismo estando enfermo Don Severiano era autoritario, sería muy difícil convencerlo de renunciar a la idea del matrimonio. Cristina era mandona y rebelde pero siempre terminaba por obedecer a su padre.

C: Papá, te trajo un poco de té - Cristina llegó con una bandeja en las manos. – ¿Estás más tranquilo?

Sev: ¿Estás tratando de ganarme trayendo el té Cristina?

C: Oh papá, ¿vas a insistir en ello? No quiero casarme...

Sev: Hija, a veces te comportas como una niña - tomó la taza que ella ofrecía . - Pero todo ya está arreglado, no tienes como huir del compromiso.

C: ¿Pero cómo? ¿Cómo pudiste hacerme esto? Lo siento pero yo no me voy a casar.

Sev: Está bien, entonces tú y tu madre se van a vivir bajo el puente porque yo firmé un acuerdo. Ya está todo arreglado y si te niegas al matrimonio, perdemos la hacienda. Pero si aceptas entonces el Platanal continúa en tu nombre.

C: ¿Cómo haces este tipo de negocios sin consultarme? Padre, ¿cómo has podido venderme de esta manera?

Sev: No, yo no te vendí, tampoco necesitaba tener tu permiso para hacer el acuerdo. Eres mi hija, te digo que lo hagas y punto. Además si te casas estarás salvando a la hacienda, es así de simple. Tienes dos opciones, es el matrimonio o el puente. ¡Tú eliges!

Cristina miró a su padre con rabia, tenía que aceptarlo, tenía que proteger a su madre…

C: ¡Acepto! Pero que sepas que sólo lo hago por mi madre, ella se merece un hogar de verdad.

Severiano sonrió triunfante. Había logrado, antes de morir él vería a su Cristina casada.

Sev: Esta noche él vendrá aquí y vamos a formalizar el compromiso, cuanto antes suceda es mejor.

C: ¿Y quién es él? Seguramente alguno viejo y feo. Sólo alguien desesperado aceptaría un acuerdo como ese sin antes ver a la novia.

Sev: Si es bonito no lo sé, yo no tengo por qué encontrar a ningún hombre guapo, pero él no es viejo. Y él necesita a una esposa y en la situación en la que se encuentra va
a ser difícil conseguir una mujer. Una mano lava a la otra, será bueno para ambos.

C: ¿Qué situación? ¿Acaso está enfermo o discapacitado?

Sev: Cristina no seas impaciente, por la noche los dos van a poder hablar y llegar a conocerse mejor. Ahora puedes salir, yo quiero descansar. Y ni si te ocurra pensar en huir en la noche.

DOMANDO A LA FIERA Onde as histórias ganham vida. Descobre agora