CAP 18

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Esa sería la primera noche de Cristina y Federico como marido y mujer en la hacienda. Ella estaba muy nerviosa y todo porque habían sido sorprendidos en fraganti mientras estaban besándose apasionadamente en el despacho. En la cena casi no podía mirar a su madre tamaña era la vergüenza que sentía.

Afortunadamente Federico disminuyó la tensión hablando de la hacienda, de lo que estaban haciendo para mantener el control de las plagas, entre otras cosas.

Al final de la cena, él fue a ver a Severiano y Cristina quiso acompañarlo  pero Consuelo la llamó.

C: ¿Podemos hablar en mi habitación? - Cristina sugirió, pensando que ahí sería más cómodo hablar de ciertos temas con su madre.

Cuando entraron en la habitación, Cristina se sentó en la cama junto a Consuelo.

C: Y entonces, ¿de qué querías hablar? - Le preguntó a su madre.

Cons: ¿Qué sientes por Federico?

C: No sé mamá, Federico despierta muchos sentimientos en mí…

Cons: ¿Lo amas?

C: Yo... bueno... - suspiró profundamente – ¡Sí, lo amo! Mamá, sabes que yo siempre estaba peleándome con él, pero esa era como un arma que he utilizado para defenderme. Yo no deseaba enamorarme. Federico fue el único hombre al que yo tuve el valor de entregarme…

Cons: ¿Cómo es eso? – Ella se sorprendió, le costaba creer que su hija había sido virgen durante tantos años. - Tú me quieres decir...

C: Sí, lo era...

Consuelo puso la mano en la boca en señal de sorpresa.

Cons: ¡Hija!!!

C: Parece que esta es la reacción de todos cuando menciono este detalle...

Cons: ¡Hija, tienes cuarenta años, esto es un una gran sorpresa! ¿Cómo sobreviviste todo este tiempo?

C: Mamá, por favor...

Cons: Lo siento mi amor, pero es increíble. Por supuesto que estoy feliz, después de todo has esperado hasta el matrimonio. Tu padre estaría muy feliz.

C: No se lo digas, ya ha sido demasiado decirlo a ti.

Cons: Y Federico, ¿cómo reaccionó?

C: De la mejor manera posible - los ojos de Cristina brillaban. - Madre, él fue muy atento, amoroso... fue especial. Así que me enamoré todavía más...

Cons: Veo que has tomado gusto por la cosa- Cristina bajó la mirada, avergonzada. - No hay necesidad de que te avergüences, yo siempre quise que este matrimonio funcione y estoy muy feliz, no puedo esperar a tener mis nietos en mis brazos.

C: Mamá, creo que ya no estoy en edad de pensar en esto...

Cons: Como veo que es el fuego de ustedes, dudo que Federico no consiga dejarte embarazada - ella sonrió. - Ahora sólo te pido que tengan más cuidado, no merezco ver las intimidades de mi yerno y de mi hija en los rincones de la casa.

C: No fuiste la única que nos vio, la nana también...

Cons: Pero que le pasa a ustedes, ¿eh?

C: Vamos a comportarnos, te lo prometo - sonrió.

Cons: Yo lo dudo. Pero al menos traten de cerrar las puertas.

C: Puede dejar mamá - abrazó a su madre - Confieso que estaba avergonzada de hablar de eso contigo.

DOMANDO A LA FIERA Onde as histórias ganham vida. Descobre agora