CAP 05

825 69 14
                                    


aqui otro cap más.
¡que desfruten!🙄

¿Eulogio? Sí, la voz era de ese imbécil… ¡Desgraciado!

Federico estaba loco de rabia. Había sido interrumpido justo cuando casi estaba haciendo que Cristina se entregara y confesara que lo deseaba - pensó él.

Se levantó rápidamente y ayudó a Cristina. Observó como ella trataba de arreglar la ropa que estaba totalmente arrugada, el pelo estaba lleno de hierba y tierra, ella todavía estaba nerviosa y respiraba agitada.

Afortunadamente a principio Eulogio a penas vio el caballo de su patrón, no estaba tan cerca y no los había visto en el suelo pero le bastó con acercarse un poco más y darse cuenta de lo que habían estado haciendo.

Cristina estaba roja de vergüenza y Federico estaba furioso, tenía un gran volumen en los pantalones. Si no fuera por la mirada asesina de Federico, Eulogio estaría riendo de la situación de su patrón.

Eu: Oh, lo siento jefe. He visto su caballo y decidí llamarlo pero no sabía que estaba acompañado... ¡Hola señora Cristina!

C: ¡Hola Eulogio! - consiguió hablar.

Federico no dijo nada, sólo fulminaba el capataz con la mirada.

Eu: Ya me voy, yo solo estaba de paso… - montado en su caballo salió apresurado pensando en que el jefe quería matarlo en ese momento por la interrupción del momento con su fiera.

Cristina volvió hacia Federico dándole un puñetazo en el pecho.

C: ¡Estúpido, si no fuera porque Eulogio apareció ibas a violarme!

F: Por supuesto que no Cristina, yo no soy esa clase de hombre – intentaba esquivar de los golpes que ella le daba. - Yo no hice nada en contra de tu voluntad, tú estabas disfrutando.

C: Nooo... he odiado cada toque – dejó de golpearlo y se echó a llorar.

Federico le sostuvo las manos y sin fuerzas ella se apoyó en su pecho. Él la sostenía en sus brazos y le acariciaba su pelo.

F: No llores, mi amor.

C: ¿Por qué? Federico, ¿por qué tienes que hacerme esto? - Sollozando en su pecho.

F: ¿Y qué es lo que hago contigo? - Preguntó en voz baja.

C: Tú…... tú... me molestas... me besas... me tocas... y...

F: ¿Y…?

C: ¡Y nada! - lo empujó.

Federico la dejaba confundida, la hacía sentirse vulnerable.

¿Qué hacía llorando en su pecho?

¡Qué tontería! No debería mostrar debilidad delante de él.

C: ¡No quiero más verte hoy! No aparezcas en mi casa – salió pisando fuerte y se subió en el caballo.

Federico la observó mientras ella se distanciaba, Cristina era tan difícil de comprender... en un momento estaba debajo de él derritiéndose con sus caricias y no momento siguiente se enojaba y decía odiarlo.

F: No voy a renunciar a ti Cristina. ¡Yo aún voy a domarte! - dijo pasando sus manos en su pelo.

Después de eso decidió ir a su hacienda.

Eulogio bajaba del caballo cerca del establo cuando vio su patrón acercándose, trató de subirse de nuevo para salir pero fue en vano. Nervioso no pudo hacer nada para evitar que Federico lo alcanzara.

DOMANDO A LA FIERA Onde as histórias ganham vida. Descobre agora