Capítulo 6

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  -Es maravillosa -murmuró él para sí-. Suave y maravillosa -sacudió la cabeza y se adentró en el agua lo bastante para cogerla de la mano y llevarla a la orilla, ella estaba muy loca, pero a la vez atractiva-. ¿Es siempre tan impulsiva?
  -Lo intento. ¿Usted no?¿O siempre les envía champán a las desconocidas?
  -Cualquiera que fuera mi respuesta, me metería en problemas, tenga -ofreciéndole su chaqueta-.

  El rostro de la chica resplandecía, había gracia y fuerza en sus pómulos y su barbilla ligeramente 'respingona'. Era toda delicadeza excepto en su mirada, cuando la miraba a los ojos veía fuerza, un poder que dormía.

   -Eres irristible, Katherin.

  Ella le miró mientras él le colocaba la chaqueta sobre los hombros.
   -Estoy mojada.
   -Lo que te hace más hermosa, y fascinante -manteniendo las manos sobre la chaqueta, la atrajo hacia sí-.
   -No lo creo pero gracias de todos modos -echándose a reír-. Me alegro de que me hayas invitado a la champaña y de que me hayas asesorado en la cena.

   Katherin notó que se ponía nerviosa. Él tenía la mirada fija en sus ojos, sólo la aportó una vez para mirar su boca, húmeda de agua salada pero se veía jugosa a la vez. Sus cuerpos estaban tan cerca que casi se rozaban. Ella empezó a temblar, pero sabía que no tenía nada que ver con que estuviera empapada.

  -Tengo que volver a cambiarme.
Había algo en ella, la impulsividad, la incitación natural, y una inocencia inconfundible que atraía y confundía a Mathías. Fuera lo que fuera, quería más.
   -¿Te veré otra vez?
   -Si -dijo intentando calmar la bomba que llevaba dentro-. Es una isla.

   Él sonrió ante lo que dijo, y ella sintió una mezcla de alivio y arrepentimiento que sus manos se relajaban.
    -Mañana tengo asuntos que atender. A las 11.00am habré acabado. Si te viene bien, te podría enseñar Sicilia.
     -De acuerdo, nos veremos en el vestíbulo.

  El buen juicio y los nervios no tenían nada que decir; quería ir con él. Con cuidado, porque no sabía si al final se atrevería, se dio la vuelta. La luna dibujaba su silueta en el mar.
    -Buenas noches, Mathías.
  Katherin se olvidó de ser sofisticada y echó a correr hacia el hotel. Él la miró marchar. Aquella mujer le dejaba perplejo, tanto como no lo había hecho ninguna desde que era un niño, demasiado joven para comprender que a las mujeres no se pueden entender; y la deseaba. Eso no era ninguna novedad, pero el deseo se había presentado con una fuerza y una velocidad sorprendentes.
    Katherin Johnson había empezado siendo un impulso, pero se había convertido en un misterio que él se propuso resolver. Sonriendo, se agachó a recoger los zapatos que ella había olvidado. Hacía ya unos meses que no se sentía tan llena de vida.

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Feliz Día del Libro!!!
¿Qué les ha parecido este capítulo?¿Cómo cree que será el siguiente día?¿Cómo habrán pasado la noche ambos?
   🌟💭
   Saludos✌

Impulso [+18] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora