Capítulo 22

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   El reflujo de la pasión la atormentaba. Yacía aturdida y confusa en la penumbra de la habitación. Nada la había preparado para aquello. Nadie le había advertido que el placer podía llegar a ser tan inmenso. Si lo hubiera sabido...
  
   Katherin cerró los ojos y estuvo a punto de echarse a reír. Si lo hubiera sabido, haría años que hubiera revuelto el mundo buscando a Mathías. Sólo a él.

  Mathías se estaba maldiciendo a sí mismo lentamente, obstinadamente. Katherin era inocente, fresca y virgen como la primavera y él la había usado, la había herido. Enfadado consigo mismo, se sentó y buscó un puro. Pero necesitaba algo más fuerte, necesitaba beber, aunque no confiaba que sus piernas le sostuvieran.

   El chasquido de su encendedor sonó como un cañonazo. Por un instante, su rostro, endurecido por la ira y el remordimiento, quedó iluminado.

   -¿Por qué no me lo habías dicho?

   Katherin aún flotaba en un océano de placer y parpadeó.

  -¿Qué?

  -Maldita sea, Kathi. ¿Por qué no me habíad dicho que nunca habías estado con un hombre? Que yo era el primero.

  Su voz tenía un tono acusatorio. Ella se dio cuenta de que estaba desnuda. Sus mejillas se encendieron mient4as buscaba la sábana para cubrirse. Un momento antes había experimentado la gloria; en aquel momento sólo tenía vergüenza.

    -No pensé en eso.

    -¿No crees que tenía derecho saberlo? ¿O te parece que esto hubiera ocurrido si yo lo hubiese sabido?

   Era verdad que no lo había pensado. No le había importado. Él era el primero, el último y el único. Pero en aquel momento pensaba que un hombre como él quizá no hubiera querido hacer el amor con una mujer inexperta.

   -Lo siento. Me dijiste que me amabas, que me deseaba. El resto me pareció poco importante -gritó sin poder dominarse-.

  Ella había gritado. Él había detectado la conmoción y el dolor en su voz. Sí, necesitaba beber algo.

   -Pues sí que importa -dijo mientras se levantaba para dirigirse a la otra habitación-.

  A solas Katherin dejó escapara un suspiro mientras no dejaba de temblar. Claro que importaba. Sólo una tonta podía haber pensado lo contrario. Él había pensado que estaba tratando con una mujer experimentada y madura que conocía las reglas del juego. Las palabras como <<amor>>, <<anhelo>> y <<deseo>> eran intercambiables. Había dicho que la quería, pero tanto amor resultaba al final algo solamente físico.

  Ella había hecho el ridículo y le había enfadado. Y todo porque había empezado una relación que estaba basada de ilusiones. Pero había corrido un riesgo conscientemente. Se levantó de la cama dispuesta a pagar el precio.

   Aquel, ya estaba más calmado cuando volvió al dormitorio, aunque la ira todavía se agitaba en su interior. Pensó que lo que tenía que hacer en primer lugar era demostrarle cómo tenía que haber sido, cómo podía ser. Luego tendrían que hablar, racional y coherentemente.

   -Kath ... -empezó a decir, pero cuando miró a la cama estaba vacía.

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Hola, mis queridos lectores!!!
¿A dónde fue Katherin? 😐
¿Creen que haya sido correcto que ésta no le haya contado que no había tenido relaciones?

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Impulso [+18] ©Where stories live. Discover now