Capítulo 15

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   -¿No has querido escaparte nunca? -preguntó ella-.

   -¿Para dónde?

   -A cualquier parte, lejos de lo que es el mundo y de lo que siempre será. Desvanecerse en el aire y aparecer en otro lugar como si fueras una persona diferente por completo.

    -No puedes cambiarte a ti misma.

    -¡Claro que sí! -dijo cambiando el tono de voz, acomodándose sobre su codo y él a acariciar su cabello-. A veces tienes que hacerlo.

    -¿De qué huyes?

    -De muchas cosas, soy cobarde

    -No lo creo. El mundo no se va a parar porque tu te sientas así.

    - Pero tú no me conoces -objetó mientras un relámpago de arrepentimiento e incertidumbre cruzaba su rostro. Y no estoy segura de querer que me conozcas.

     -¿Ah si? -exclamó cerrando los dedos sobre su pelo para obligar a quedarse quieta-. Hay personas y circunstancias que no lleva mucho tiempo entender. Algo se pone en su lugar cada vez que te miro. No sé qué es, ni tampoco por qué, pero es así. Yo te conozco -dijo mientañras se inclinaba sobre ella para darle el más leve de sus besos-. Y me gusta mucho lo que veo.

  -¿Si? ¿De verdad? -preguntó ella con una sonrisa-.

  - ¿Tú crees que paso el día con una mujer solo porque quiero dormir con ella? Katherin estar contigo es un placer.

   Ella se rió y comenzó a dibujar con el dedo sobre la arena. Se preguntaba lo que diría él si supiera quien era Katherin Johnson, o con más exactitud lo que no era. Se dijo a sí misma que no importaba; no podía permitir que lo que había entre ellos se echará a perder.

   -Creo que es el cumplido más maravilloso que me han hecho en la vida.

   -¿Dónde estabas entonces para que nunca te lo hubieran dicho?

   Cuando ella se removió inquieta, él la obligó a permanecer tranquila.

  -No, no voy a tocarte, todavía no.

-El problema no es ése, es que deseo que me toques, tanto que me asusta.

  Ella se sentó tomándose su tiempo para reunir todo su valor. Quería ser sincera y tenía la esperanza de no parecer una estúpida.

  -Mathías, yo no voy por ahí acostándome con todo el mundo. Quisiera que lo entenderás porque todo esto está ocurriendo con demasiada rapidez y no es nada casual.

   Con un dedo le levantó la barbilla para obligarla a mirarlo.

  -No lo es.

   En aquel momento, Mathías tomó una decisión, aunque la idea le había estado rondando por la cabeza durante todo el día.

    -Mañana tengo que salir para Roma. Ven conmigo, Kathi.

   -Nunca me habías llamado por mi diminutivo , gracias. ¿A Roma? -dijo ella con dificultad-.

   - Es un viaje de negocios. Un día o dos a lo sumo y me gustaría que estuvieses conmigo. Me dijiste que quería visitar la ciudad.

    - Sí, pero no quisiera distraerte de tu trabajo.

    -Estés aquí o allí, siempre me distraerás.

  Katherin alzó de golpe la cabeza mirándole con timidez y asombro. Mathías reprimió el impulso de abrazarla y rodar hasta sentirla debajo de su cuerpo. Había prometido concederle tiempo. Quizá lo que había querido decir era que él también lo necesitaba.

   -No quiero forzarte, tendrás tu propia suite, sólo te pido compañía.

  -Un día o dos días -murmuró ella-.

-Sólo tienes que decir que te reserven tu habitación hasta que vuelvas.

  <<Hasta que vuelvas>>. Ella, no él. Si Mathías se iba al día siguiente, era muy posible que no lo volviera a ver nunca. Él le ofrece un día más, quizás dos. Recordó que no debía dar nada por seguro.

  Era verdad que pensaba visitar a Roma antes de abandonar a Italia. Unos pocos días antes, había pensado que le gustaría ir sola. La aventura de conocer lugares y personas nuevas por sí misma, pero estar acompañada con Mathías lo cambiaba todo.

   -Sí, me gustaría ir contigo -levantándose de un salto y se zambulló en el mar-.

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¿Les gusta Italia? ¿Qué lugares quisieran que visitara Katherin y Mathías juntos?
🌟💭
Buenas Noches a todos✨

   

Impulso [+18] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora