NOVENO CAPITULO

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Durante toda esa noche Isabella soñó con Alexander, y el sueño terminaba de la misma forma, el diciéndole que le hubiese gustado que las cosas entre ellos hubiesen sido de otra manera y se marchaba.


Al otro día evidentemente ella no estaba de humor pero era hora de ir a la oficina.


Luego de levantarse, se lavó los dientes, comió un bowl de cereal, se bañó y decidió vestirse con una falda de talle alto que le llegaba hasta un poco antes de las rodillas en color negro y una blusa sin mangas en una suave tela blanco semi transparente combinada con unos zapatos de tacón en blanco y negro. Cuando estuvo vestida se dijo:

-Si no me siento bien, al menos me veré bien. Y partió a la oficina.


En cuanto llegó abordó el elevador con rumbo al piso donde estaba su oficina. Al estar allí saludó a su padre desde la puerta de su oficina y continuó su camino hasta el fondo del pasillo donde estaba la de ella y ahora la de Alexander.


Notó que habian preparado para él la oficina que se encontraba en la misma posición de la suya, al otro lado. La estructura de las dos era casi idéntica puesto que años atrás había sido una sola habitación hasta la contrucción de la sala de juntas en el piso once.

Alex aún no había llegado, se le pegaron las sábanas pensó, y entonces en ese momento se escucharon voces por el pasillo que decían :


-Aunque sea la asistente de Isabella, puedes avisarme de lo que necesites, le decía Marisol muy sugerentemente.


-Muchas gracias, lo tendré en cuenta, respondió el sin rebasar lo políticamente correcto, y siguió su camino hacia la oficina.


Al Isabella notar esto corrió a su escritorio y se sentó como si no hubiese escuchado nada.


-Buenos días Bella, ¿cómo amaneciste hoy? Veo que tan linda como siempre.


-Jajajaja, pues gracias Alexander, tú tampoco te ves nada mal.


Cuando vio que ya se había marchado de allí, chocó las manos consigo misma, logró su objetivo de verse como quería y sobre todo, para ser sincera, llamar la atención de Alexander.


Luego de eso el día francamente fue mejor. Ahí estaba de nuevo Alex rompiendo sus esquemas. Al llegar la hora del almuerzo volvió donde Isabella a invitarla a comer.


-¡Vamos por favor ! No me vengas con que tienes mucho trabajo, la hora del almuerzo es sagrada. Trataba él de convencerla.


-Alex, no sé si lo recuerdas pero nuestra última salida que casualmente fue anoche, no salió del todo bien, mencionó ella en un tono algo sarcástico.


-Claro que lo recuerdo y es por lo mismo que me debes otra para compensarme, seguía él insistiendo.


-No, y no insistas más, no puedo salir, debo preparar una conferencia para dentro de dos días, ya voy retrasada, dijo ella bajando la vista para tratar no sucumbir ante ese bello espécimen.


-Bueno, si no me queda otra opción ,entonces iré solitario a almorzar, dijo él en tono lastimero buscando apelar a su lado compasivo, pero no lo logró.


-Pues lo lamento, será otro día, contestó Isabella aún sin mirarlo pero con una sonrisa en los labios ante su gran habilidad. Tenia que reconocer que aunque no se fue con él, había despertado sus ganas de hacerlo por un momento.


En tanto, Alex caminaba por las calles cercanas buscando un buen lugar para comer...


Vio una Trattoria y decidió entrar allí, al hacerlo pensó en que de verdad extrañaba Roma, solo llevaba dos días allí y ya quería irse, fue entonces cuando pensó en ella, en Isabella y eso hizo desvanecer un poco su deseo de partir.


Mientras veía el menú se le ocurrió que a pesar de que no anduviera con él podían almorzar juntos. Pidió sándwiches, ensaldas, bebida y postre para dos y lo empacó para llevar.

Reinició sin detenerse el camino a la oficina, al llegar donde Bella la vio inmersa en las decenas de documentos de preparación para su presentación, le dijo :


-Yo no me doy por vencido, no fuiste conmigo, pero vamos a comer juntos, no creo que te vayas a negar, le dijo con su perfecta sonrisa en la máxima expresión.


-No te detienes ante nada, ¿verdad? Ya que estás aquí, supongo que no me puedo negar, le dijo encantada.

El Amor Que No SoñéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora