DECIMO OCTAVO CAPITULO

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A la mitad de la noche Alex despertó y encontró a Isabella contemplándolo sonriente.



La abrazó, le hizo dar vueltas en la cama mientras le hacía cosquillas y la besaba por todas partes, después le preguntó:

-¿No dormiste nada?

-Preferí mirarte, es mejor que cualquiera de mis sueños, también pensaba en que es increíble que hace casi ya cinco meses que llegaste y parece como que fue ayer.


-¡5 meses ya! ¡Cómo pasa el tiempo! dijo él reflexivo.


En ese momento no pudo evitar darse cuenta de que casi se cumplía el plazo y llegaría la hora de volver a Italia definitivamente, en cualquier momento. El pensamiento entristeció su mirada, ella lo notó y le dijo:


-¿Qué paso mi amor, en qué piensas?



-¡Mi amor! ¡Qué lindo se oye eso en tu voz, y más si me lo dices a mí! respondió tratando de desviar la conversación.


Isabella se dio cuenta de que no quería hablar de sus pensamientos, decidió no insistir y en su lugar le dio un beso en la mejilla. Alex la miró y le dijo:


-Preciosa, tengo mucha hambre, ¿tú no?.



-¡Uff si yo también, es que ni siquiera cenamos! dijo mientras le subía algo de color a las mejillas.


-¡Espera aquí! le dijo él y se levantó de la cama dirigiéndose a la cocina.


Cuando estuvo allí contempló la posibilidad de calentar la cena que había preparado Isabella, pero vio que podía ser algo pesada contando con que eran las tres de la mañana. Así que tomó algo de queso, jamón y unas galletitas que tenía Isabella por ahí, buscó el vino tinto, dos copas y caminó de regreso a la habitación.


-¡Llegó la cena! dijo Alex divertido, Isabella se paró a ayudarle envuelta en las sábanas, se resbaló y cayó sobre él, pero, por suerte, ya había puesto todo en la cama.


Al caer sobre Alexander comenzaron a reír, él la volteó, volvieron a besarse y terminaron haciendo el amor nuevamente, ahora sobre el piso alfombrado de la habitación.


Se quedaron ahí acostados un rato hasta que Isabella dijo:


-¿No que tenías hambre?



-Pues sí, pero esto es mejor jajajaja.


Ambos rieron y se levantaron del piso para poder comer, mientras lo hacían hablaron de muchas cosas, Isabella le contó un poco de lo que había pasado con su madre, pero eligió omitir la parte de que por esa sección de su pasado había perdido muchas oportunidades de ser feliz.

En su lugar escogió el pensamiento de que con él todo había cambiado y nada opacaría esa alegría.

Alex le comentó que pronto sería navidad y que le gustaría que ella y Luis lo acompañaran a Europa para las fiestas.


-Quiero visitar a mis padres en esos días, lo he estado pensando y creo que tú y don Luis deberían ir conmigo, le dijo.


-¡No me parece mala idea! En estos días lo hablo con papá y te digo qué le parece.


-Me encantaría que pudieran ir, la navidad es mi época favorita del año y quiero estar contigo, volveríamos después de año nuevo. Pasaríamos una de las fiestas con mi madre en Francia y otra con mi padre en Grecia.


-¡Perfecto! dijo Isabella contenta de ver el rostro de él iluminado mientras hablaba de  ver a su familia.


Pensó en que ojalá ella también tuviera esa oportunidad de sentir felicidad si volviera a ver a su madre.

El Amor Que No SoñéWhere stories live. Discover now