Capítulo 06: Parte 2

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Harry y Rachel se encontraban en la oficina de su superior, Phil Conway, y esperaban a que terminara de hablar por teléfono. Harry se preguntó con cuál de sus dos hijas estaría hablando. No podía deducirlo, porque Phil siempre las llamaba «cielo» o «cariño». Conocía a ambas. Trisha era la mayor y estaba casada con un banquero; se había mudado a San José después de su boda, siete años atrás, y ya le había dado a Phil tres nietos de los que nunca se cansaba de hablar. La menor, Pauline, había estudiado Medicina y después de graduarse se casó con un colega y se mudaron a Raisin City, donde ambos además trabajaban. Todavía no le había dado ningún nieto a su padre, pero Phil presentía que pronto le anunciaría que estaba embarazada y que su pequeña lo haría nuevamente abuelo.

—Harry está aquí, sí. —Una sonrisa perfectamente blanca hizo contraste con su piel morena.

—¿Quién es? —preguntó Harry mientras se acercaba al escritorio.

—Es Trisha, te manda saludos y pregunta cuándo irás a visitarla.

—Dile que cuando el esclavista de mi jefe me lo permita —respondió en voz alta y se aseguró de que Trisha lo oyera desde el otro lado de la línea. Phil Conway lanzó una carcajada

—Yo también te quiero, cielo. Adiós, cuídate.

Colocó el auricular en su sitio y se recostó contra el respaldo de su silla. Observó a Harry y a Rachel con atención; lanzó una bocanada de aire y cruzó los brazos sobre el pecho.

—¿Qué tenemos del caso del Asesino de las Flores? —preguntó en tono burlón. Como policía y jefe de la División de Crímenes Violentos le molestaba que la prensa siempre se encargara de buscarles apodos a los asesinos. Lo único que conseguían con eso era fomentar su popularidad y era justamente eso lo que aquellos delincuentes buscaban: el reconocimiento por sus crímenes. Esperaba que, algún día, la prensa comprendiera que aquello solo aumentaba su pervertido ego.

Rachel le entregó una carpeta.

—Las autopsias de las tres víctimas parecen una fotocopia una de la otra. Las tres murieron por estrangulación, ninguna muestra signos de haberse defendido, no hay rastros de piel o tejido debajo de sus uñas. No fueron atacadas sexualmente y fueron encontradas con los ojos abiertos.

—Para que su rostro fuera lo último que vieran antes de morir —acotó Harry.

Phil asintió, sus ojos negros se posaron con rapidez en las fotografías que ilustraban el expediente del caso.

—¿Qué han podido averiguar sobre el tatuaje?

—Se los hace post mortem con alguna especie de instrumento de acero inoxidable. Es un símbolo de origen celta. Me he puesto en contacto con una experta, me reuniré con ella lo antes posible —anunció Rachel.

—Bien. ¿Qué hay de la tercera víctima? ¿Por qué cambió su patrón?

—Creemos que intenta mandar un mensaje. —Harry frunció el ceño.

—Ahí es donde entra la señorita Elizabeth Carmichael.

Ambos asintieron pero fue Harry quien continúo hablando.

—El mensaje está dirigido a ella, el asesino talló una variación de su nombre en el cuerpo de Tessa Hodgins.

—«Lizzy

—Sí, según Steven también fue post mortem, ya que no se encontraron rastros de sangre en la escena del crimen, lo que sí hemos hallado esta vez es una huella parcial de un calzado —señaló mientras observaba a Rachel.

—Ahí están los resultados, señor. A pesar de lo poco que obtuvimos tras hacer el molde con yeso, hemos llegado a la conclusión de que se trata de algún tipo de bota militar. Nuestro sospechoso calza un 42 y mide, aproximadamente, 1'75 cm.

Nomeolvides | H.S.Where stories live. Discover now