Capítulo 20: Parte 2

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Algo húmedo despertó a Elizabeth aquella mañana. Abrió los ojos en el mismo instante en que la lengua caliente de Sam estaba a punto de lamer su mejilla por segunda vez.

—¡Buenos días, encanto! —Le sacudió los mofletes.

Se incorporó en la cama y comprobó de mala gana que Harry ya se había marchado. Echo un vistazo al reloj. No era extraño que no estuviera, eran ya casi las diez de la mañana y a pesar de que la noche anterior se habían dormido pasada la medianoche por haber estado pendientes de Sam, se había levantado temprano y se había ido sin despedirse. Entonces vio la nota sobre la mesita de noche. Se estiró mientras luchaba por liberarse de los lengüetazos de Sam y leyó lo que decía.

«Dormían tan plácidamente que no he tenido el valor de despertarlos. Nos vemos luego. Ya te estoy extrañando.
H

Estrujó el papel contra el pecho. La extrañaba de la misma manera que ella lo extrañaba a él. Deseaba que el día pasara lo más rápido posible y que la espera se hiciera menos insoportable.

El timbre comenzó a sonar con insistencia. Elizabeth empujó a Sam a un lado de la cama y se levantó de un salto. Se puso la bata de Harry y corrió antes de que la persona que estaba llamando terminara por derribar la puerta.

Espió por la mirilla. Se ajustó el nudo en la cintura y se acomodó el cabello antes de abrir la puerta.

—¡Kevin, qué sorpresa!

Kevin se quedó de pie y observó a su hermana menor con detenimiento.

—¡¿Cuándo demonios ibas a avisarme de que ya no vivías en tu casa?! ¡Si no llamo a Leslie, nunca lo habría sabido!

—No exageres. —Le hizo señas de que pasara.

Kevin entró y echó un vistazo al lugar. Aquel lugar, sin lugar a dudas, pertenecía a un hombre.

—¿Con quién estás viviendo?

Sam apareció en el salón en ese momento.

—Con él —respondió Elizabeth y trató de ponerle un poco de humor a aquella incómoda situación.

—¡Elizabeth, no estoy bromeando! —Levantó los brazos. Estaba enfadado—. Intento llamarte y no te encuentro; luego Leslie me dice que se tuvieron que mudar de casa porque ese loco se metió en tu habitación. ¡Por Dios, soy tu hermano y formo parte de tu vida! ¡No me excluyas!

Elizabeth se acercó y lo tomó de la mano.

—Ven, sentémonos; estás demasiado alterado.

Se sentaron en el sofá y Sam ocupó su sitio junto a Elizabeth.

—Elizabeth, no sabes la angustia que pasé cuando Leslie me contó todo. Me enojé mucho porque decidiste mantenerme al margen; soy tu hermano y merezco saber lo que sucede contigo —dijo más calmado.

—Lo sé y te pido perdón. —Esbozó una sonrisa—. No quería preocuparte; tú estabas demasiado ocupado con la construcción de la escuela en Clovis y, además, no había nada que pudieras hacer.

—Podía estar contigo y cuidarte. —Agachó la mirada—. Cuidarte como no lo hice hace cuatro años.

—No sigas con eso; tú siempre has cuidado de mí.

—Si lo hubiera hecho bien, nada de esto estaría sucediendo, tampoco estarías viviendo en casa de un extraño —observó a Sam.

—Créeme que estoy bien aquí. —Se mordió el labio inferior; deseaba contarle todo a su hermano, pero no estaba segura—. Harry cuida de mí y, además, tengo a Sam.

Nomeolvides | H.S.Where stories live. Discover now