10.

776 138 22
                                    

―Brice... ―logré decir.

Alejé a Carter, poniendo mis manos en su pecho y empujándolo.

―Pensé que no era tu novio. ―Frunció el ceño con confusión.

Miré a Carter quien mantenía una sonrisa burlona mientras limpiaba un poco de mi lápiz labial de su labio inferior con su dedo pulgar.

―Y... ¡No lo es! Él y yo... Nada, en serio.

Brice me miraba como si yo hablara un idioma diferente y él no entendiera ni una mierda de lo que decía. Mientras, mis manos temblaban. De pronto quería correr a casa y encerrarme hasta que el mundo se olvidase de mi existencia.

―¿Entonces eso qué? ―preguntó de nuevo, haciendo un gesto con su dedo índice entre Carter y yo.

―¡Pues un beso! Estoy seguro de que sabes que es ―espetó Carter petulante.

―Ya basta, Carter ―lo reprendí. Miré a Brice―. Yo... lo siento. ―Bajé mi cabeza avergonzada.

―Está bien, no tenías que mentirme... pero está bien.

―Sonrió de nuevo cálidamente.

Yo traté de abrir mi boca para decir algo, pero no se me ocurrió nada inteligente y la cerré de nuevo.

―Bueno... ―continuó Brice―. Será mejor que me vaya. Luego arreglamos lo del libro. ―Miró a Carter―. Creo que tú tienes otras cosas arreglar. ―Me miró por última vez.

Yo quería levantarme y decirle que lo quería a él, a él y sólo a él, pero no podía, porque ciertamente era una mentira.

―No yo... ―antes de que completara la frase, Brice había dejado la biblioteca con pasos vacilantes mientras rascaba su nunca.

Me giré lentamente para ver a Carter con una sonrisa burlona. Tenía la expresión de todo un triunfador, como si hubiera logrado algo realmente importante. No le dirigí la palabra, sólo tomé mis cosas y me levanté echando la silla para atrás provocando un que un sonido seco se distribuyera por la sala. Caminé por el pasillo, dejando atrás a Carter.

―Shh ―chistó la señorita Hampton cuando yo estaba a punto de salir por la puerta. En un arrebato de extrema valentía, azoté aquella puerta de madera al salir como para que todos se enteraran de que estaba molesta.

Comencé a andar por el pasillo a paso de galope, lo único que quería era llegar a casa. Mis pies no se detenían. Salí de la institución y me dirigí directamente a la parada de autobuses. Papá uno se había ofrecido a ir por mí, pero después de esto seguramente iba a querer interrogarme. No es que yo supiera disimular muy bien.

―No sé por qué te enojas, tú me besaste ―la voz de Carter entró en mi cabeza. Él estaba parado detrás de mí.

Cerré mis ojos con fuerza. Él tenía razón, yo la había besado, pero no podía preguntarme a mí misma por qué lo había hecho. Sabía que yo no me podía contestar esa pregunta por más que quisiera.

―Vete al infierno, Carter ―siseé furibunda.

―¿Por qué? ¿Quieres que te dé un tour turístico? ―replicó de manera socarrona.

Aspiré tratando de mantener la calma para no enterrarle un paraguas que tenía en la mochila justo en la yugular.

El autobús llegó en ese momento. No lo dudé y me subí. Pero Carter subió conmigo. Me senté en el primer puesto que encontré vacío cerca de la ventana, al lado de una chica que me parecía conocida. No me molesté en si quiera detenerme a pensar quién era. Tal vez sólo eran cosas mías, puesto que no había interactuado en mucho tiempo con una mujer embarazada. Y ella estaba embarazada.

TEDDY (vol. I, II y II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora