1. Carter POV

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Carter

La vi a ella, sentada en medio de un pasillo vacío con su espalda contra el casillero. Su cabello castaño cayendo sobre su cara y sus ojos concentrados en la hoja de papel en su regazo.

June Tania Ella Dunphy-Darrell-York. ¡Vaya nombre tenía la muñequita! Sin embargo, había estado rebotando en mi cabeza los últimos días. Y es que no solo su nombre, si no su cara, su olor. Cuando dejó la sala el día de detención, ella olía como... a bebé. Pero en el buen sentido, ella era como una niña a la que alguien debía proteger.

No lograba explicarme lo que tenía la chica, no podía explicarme por qué yo quería que fuera mi chica.

Ella no era el tipo de chica por la que te volverías loco, no es llamativa o voluptuosa, no es... una chica como las que acostumbro; seguras de sí mismas. June parecía la mascota de una de esas chicas. Hasta ese momento jamás me había interesado tener una novia, solo un par de polvos aquí y allá, pero June, ella tenía algo que me mantenía de puntillas, loco por volver a aspirar ese aroma de bebé que desprendía la parte trasera de su cuello.

Me aseguré de tener el papel que patéticamente había escrito, como un tonto Romeo enamorado, para ella. Estaba en mi bolsillo y mi plan era dejarlo donde ella pudiera verlo. Me acerqué cautelosamente.

-Muñequita, hola. -La saludé y un segundo después caí a su lado casualmente. El papel que ella estaba leyendo tranquilamente fue lanzado a un lado luego de soltar un adorable gruñido.

- ¿Qué mierda haces aquí? -Preguntó, notablemente irritada. Era divertido verla de esa manera, pero decidí actuar ofendido.

-Solo saludaba, perdón si te incomodo. -No me moví.

Ella pareció meditarlo y respiró.

-No, lo siento. -Dijo suavemente- Es que estoy muy estresada. -Levantó el papel que había tirado y lo agitó. Pude ver que se trataba de la lección de química de Wolowitz.

-Oh, el examen de química con Wolowitz, entiendo. He estado ahí, no te preocupes. -Asentí comprensivamente levantando mis manos. Ella sonrió. Sonrió y me robó el aire. Maldita hermosa ladrona- ¿Pasaste el práctico? -Sabía que podía hacerlo mejor que eso, pero justo en ese instante no se me ocurría nada más.

Ella pareció sorprendida por la pregunta, pero luego dejó caer su cabeza hacia atrás.

-Sí, a duras penas. -Dijo luciendo agotada.

Una extraña necesidad por acurrucarla contra mi pecho burbujeó dentro de mí.

Sacudí el pensamiento.

-Sí, lo puso difícil el bastardo. -Me quejé concentrando mi enojo en no poder hacer ningún movimiento con June, como si estuviese enojado con Wolowitz. Una adorable risa dejó su deliciosa boca e impactó justo en mi mejilla suavemente. Giré mi cara y agregué-: Pero tú te ves una chica inteligente que no está obsesionada con el lápiz labial ni tiene un contrato con alguna fábrica de maquillaje.

Ella sonrió y descubrí que su sonrisa me hace sonreír también. Como un bobo hipnotizado. Patéticamente hipnotizado.

-Cierto, pero las apariencias engañan. Por ejemplo; yo pensaba que si me acercaba a ti mi cabeza terminaría en un refrigerador, en una casa abandonada en el desierto o algo por el estilo, y mírame ahora, sosteniendo una amena charla sobre calificaciones contigo, algo que nadie creería posible. -No pude contener una risa. Ella tampoco. Me sentía tan bien justo en ese momento, como si ella lo hiciera mejor. Ni siquiera me molestaba estar en el instituto.

Aunque yo siempre iba a preferir tenerla en mi habitación, haciéndola sonrojar sobre mi regazo. Y una vez más tenía que dejar de fantasear.

-Bueno, tengo que darte la razón. Sé que me he creado fama.-Le dije encogiéndome de hombros- Aunque muchas cosas no son ciertas. -Me arriesgué al contarle eso. Estaba rogando que ella no quisiera ahondar en el asunto, porque las revelaciones no eran precisamente me tema de conversación favorito.

TEDDY (vol. I, II y II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora