EODLBS #3

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—June, iremos al súper ¿Quieres venir? —Me preguntó Lola.

Yo tenía mi trasero en lo sofá desde hacía tres horas. Sin Carter, con Jake y Lola en su nido de amor me sentía algo sola. Y deprimida. Así que había ahogado mis penas comiendo un montón de barritas energéticas de fresa —que era lo único comestible que teníamos hasta ese momento— y echándome en el sofá, en pijamas. Debía aprovechar mientras no tuviera que estar en la universidad, la cual empezaría en una semana.

Negué mientras apretaba un almohadón a mi pecho— No.  

—Bien. —Dijo Jake.

— ¿Quieres que traigamos algo en especial? —Jake tomó el abrigo de Lola del perchero y la ayudó a ponérselo.

—Helado y tapones para los oídos. —Insinué.

—Hecho. —Jake chaqueó su lengua e hizo ese movimiento con su dedo, apuntándome. Abrió la puerta y tomó a Lola, arrastrándola fuera.

Jake siempre arrastraba a Lola, pero ella lo traía loco, así que supongo que era por eso que quería estar cada minuto a ella, pegado como garrapata. Ellos atravesaban por la misma fase que yo y Carter en ese momento, es una fase adictiva.

Me senté ahí por unos treinta minutos más, esperando que algo interesante pasara. No había recibido una sola llamada de Carter. Papá dos había llamado en la mañana, estaba más tranquilo, relajado, y por suerte, no medicado. Pensé en ir a dar un paseo; lo descarté porque me estaba congelando, aun con la calefacción encendida. Pensé en darme un baño; descartado porque todo el edificio utiliza un solo calentador, tienes que levantarte a las cuatro de la mañana para conseguir agua caliente y eran las diez, ni en mis más locos sueños. Pensé en llamar yo misma a Carter; odiosamente descartado porque lo había intentado ya y él no respondía mis llamadas. Y luego osaba quejarse de mí. Entonces lo único que me quedaba era hundirme en el sofá, mirando Scott Pilgrim vs. The World.

Alguien golpeó la puerta. Supuse que se les había olvidado algo a los chicos. Me levanté arrastrando mis pies enfundados en pantuflas, todo el camino hasta la allí.

—Chicos, ¿Dónde están sus llaves? —Pregunté cerrando los ojos mientras masajeaba mi sien derecha con mis dedos, tomé el pomo con mi mano libre— ¿Qué no ven que trato de no pensar en mi tonto novio? —Una vez que la puerta estaba abierta miré hacia afuera y… probablemente no debí haber dicho lo de tonto.

Carter me miró frunciendo el ceño, sus brazos estaban cruzados sobre su pecho, a su lado, en el piso había un bolso negro y grande. Podía ver sus ojos debajo de su gorra gris, mirándome insatisfecho.

—Hola… señor novio. —Mi cara debió haber sido épica con todo ese color rojo propagado por ella.

— ¿No querrás decir señor tonto novio? —Insinuó él levantando una ceja, apenas podía notarlo con la gorra cubriendo su cara de manera sombría.

—Mmh… no quise decir eso. —Me recosté del marco, cruzada de brazos— Estaba enojada porque no contestaste mis llamadas. Ya veo por qué. —Sonreí.

—Voy a pasarlo por alto, porque en realidad quiero besarte ahora.

Y él no se contuvo. Su brazo rodeó mi cintura, y no me dio tiempo de si quiera de reír antes de que presionara sus labios contra los míos. Todo mi cuerpo se calentó, desde la punta de los pies hasta la cabeza, sobretodo mis mejillas. Sujeté su camisa con mis manos para no dejarlo ir luego. Él sostenía mi cintura, manteniéndome muy cerca. Mis pies oscilaban del piso antes de que me diera cuenta. Había extrañado tanto esos labios. Me besó hasta que escuchamos unas voces acercarse escaleras arriba.

TEDDY (vol. I, II y II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora