Captura la Bandera

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El viernes había llegado por fin. Estaba emocionada. Hacía tanto no luchaba y demostraba que no era una hija hija de Afrodita y era mucho más que una cara bonita. Soy buena con el arco, pero prefiero mi sexy daga.

La desenvainé de su estuche mostrando su afilada hoja y el mango plateado con esmeraldas incrustadas.

Afrodita se había aliado con Hefesto, Ares, Dionisio y Deméter.

Los dos chicos de Dioniso eran bastante buenos atletas. Los de Deméter poseían grandes habilidades con la naturaleza y las actividades al aire libre, pero no eran muy agresivos. Los hijos e hijas de Afrodita no me
preocupaban demasiado; prácticamente evitaban cualquier actividad, miraban sus reflejos en el lago, se peinaban y cotilleaban. Por su parte, los únicos cuatro
niños de Hefesto no eran guapos, pero sí grandes y corpulentos debido a su
trabajo en la herrería todo el día. Podrían ser un problema para el equipo contrario. Eso dejaba, por supuesto, a la cabaña de Ares: una docena de los chavales más grandes, feos y marrulleros de Long Island, y de cualquier otro lugar del planeta. Aunque Sherman Yang...

¡Concéntrate Lyra Cassiopeia Black!

Bien, cómo decía.

Quirón coceó el mármol del suelo.

-¡Héroes! -anunció-. Conocéis las reglas. El arroyo es la frontera. Vale todo el bosque. Se permiten todo tipo de artilugios mágicos. El estandarte debe estar claramente expuesto y no tener más de dos guardias. Los prisioneros pueden ser desarmados, pero no heridos ni amordazados. No se permite matar ni mutilar. Yo haré de árbitro y médico de urgencia. ¡Armaos!

Abrió los brazos y de repente las mesas se cubrieron de equipamiento: cascos, espadas de bronce, lanzas, escudos de piel de buey con protecciones de
metal.

Cuándo todos estuvieron armados los equipo se dirigían al bosque. El equipo rojo provocaba a gritos al equipo azul.

Me subí a un árbol con ayuda de Castor-un hijo de Dionisio-y lo había logrado.

Desenvainé mi daga y me aguanté con mis piernas de la rama con la cabeza para abajo. Vigilando que nadie se colara en nuestro territorio.

Un penacho azul apareció en mi vida y me abalancé sobre él. Se hace un corte en la mejilla y lo tiré al suelo. Lo reconocí cómo Travis Stoll.

Travis me empujó y se paró. Puso su espada en mi indefenso cuello.

Me levanté del suelo, con la daga en la mano fingiendo rendición.

«Maldición» Pensé «Una espada ahora me vendría de perlas»

No se qué pasó. Pero la hoja de mi daga se fue alargando y el mango se estiró. En mi mano ya no sujetaba mi daga, no, en su lugar estaba una espada.

Sonreí victoriosa y así comenzó lo qué sería una gran batalla.

Travis intentó sacarla de mi mano, yo le devolví golpe.

Entonces sucedió algo que no vi venir. Travis sujetó fuerte la espada y me hice un corte en la cara. Me dolía horriblemente el ojo y supuse que había sido cerca

La inmensa oscuridad del bosque nos envolvió al instante.

Entonces decidí jugar sucio

Saqué rápidamente me varita de mi bolsillo y conjuré-¡Expelliarmus!

Tal cómo había pasado con Lockhart en la clase de duelo pasó con Travis.

Cayó despedido hacia atrás, adolorido, intentó levantarse.

Se me ocurrió un hechizo para dejarlo inconsciente pero no podía.

«Sólo no tendrás postre por una semana» una extraña y masculina voz apareció en mi cabeza «¿Qué tan malo puede ser?» dijo otra.

Empuñé mi varita y apunté.

«¡Ahora!» exclamaron las dos voces al unísono.

Confringo!-Gritó

Travis voló hacia atrás y chocó contra un árbol. Lyra no sabía porque, pero rió.

«Nuestra pequeña hermanita aprende rápido, Deimos»

«¡Era cómo cuándo estaba en el Inframundo con Hécate!»

Espera, ¿Qué? «¡Deimos y Fobos!» regañé en mi mente

«Ya nos cargó el payaso» Dijo quién supuse que sería Deimos.

«¡Fuera de mi cabeza!» Ordené.

Ya no escuché más voces. No quería tener a los gemelos tortura en mi cabeza.

LYRA BLACK, pjo & hpOnde histórias criam vida. Descubra agora