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Segundo libro: El Príncipe es embajador.

Capítulo 7.


Siguiendo el ejemplo de Gui Sen, una pequeña delegación de Xi-Rei viajó al sur durante una hora para llegar a la residencia oficial de la Tercera Princesa.

Cuando por fin llegaron, vieron que era evidente que la Tercera Princesa era adorada por su padre. Su casa era una mansión y su diseño estaba a la par con el Palacio Imperial. La protección de la puerta principal era estricta y a ambos lados había dos leones gigantes tallados en jade blanco, así como diez soldados en el puesto de observación.

Feng Ming desmontó de su carro, sus ojos pegados a los increíbles detalles de la casa de su tía. De repente, un extraño sentimiento brotó dentro de él, pero él no sabía cuál era la causa.

Gui Sen continuó su papel como guía turístico.

—Príncipe An He, esta es la residencia de la Tercera Princesa. El viejo rey dio un permiso especial a sus tres hijas, en el cual se les concedió seleccionar cualquier tierra que desearan para establecer su casa por lo que la tercera princesa personalmente supervisó la construcción de su castillo. Este lugar se ha elegido entre las montañas, con vistas a un lago. La casa principal y los pabellones se han diseñado teniendo en cuenta la preservación del entorno natural. Las innovaciones que se han empleado en la construcción de este palacio han sido el tema de muchos elogios. La Tercera Princesa es una mujer talentosa y es lamentable que An Xun encontrara una muerte prematura dejando tristemente atrás una belleza sin igual a la deriva por sí sola.

La introducción informal de Gui Sen en realidad se rompió en un recital improvisado de un muy largo poema.

Feng Ming se quedó completamente absorto sobre la construcción y la arquitectura. No entendía las palabras de Gui Sen tampoco, pero era mejor que él siguiera el principio de Rong Tian; si no entendía algo, tenía que fingir que lo hizo, por lo que asintió con la cabeza poco a poco, dando al hombre una sonrisa bastante idiota para mostrar su admiración. Mientras que en el interior, Feng Ming estaba pensando: ¿Cómo puedes estar feliz de que el tercero sea el más apreciado? Es mejor ver hacia fuera o de lo contrario el trono será pasado a la viuda, entonces todos estaríamos llorando sobre la leche derramada.

Por ahora, todos los miembros de la delegación estaban preparados. Gui Sen enderezó su traje antes de dirigir a los visitantes hacia la puerta principal.

Antes de que pudieran dar un paso a través de la puerta, se sorprendió al ver a los guardias creando una barricada en la entrada, parando su zancada.

—Su Alteza no puede entrar, la Tercera Princesa ha dado órdenes de que ella va a estar declinando cualquier invitado hoy. Actualmente está ocupada y desea que su Alteza entretenga al Príncipe An He, ella se reunirá con el príncipe en una fecha posterior.

Gui Sen blanqueó los ojos en un momento de sorpresa: —Ayer ya había anunciado a la Tercera Princesa acerca de la reunión de hoy. El príncipe de Xi-Rei está ahora ante sus puertas, ¿cómo puede alterar nuestra cita con tanta indiferencia?

Los guardias estaban en una situación difícil, ofrecieron sus disculpas con saludos sumisos antes de comentar: —Su Alteza, por favor no se ofenda. Un invitado muy importante de repente llegó esta mañana y su alteza no podía rechazar su compañía.

El que la puerta se cerrara en sus narices a primera hora de la mañana hizo obvio que la Tercera Princesa les estaba dando la espalda. El grupo sólo podía verse el uno al otro en consternación.

Feng Yu Jiu Tian [ESPAÑOL]Where stories live. Discover now