033

717 78 5
                                    


Segundo libro: El Príncipe es embajador.

Capítulo 10.


—Bueno, mi pregunta es... —La princesa hizo una pausa, cortando a mitad de la frase. Sus ojos brillaban, tenían un aura de elegancia y sin duda alguna, era hermosa como el resto de ella. Soltó una risa suave.

Feng Ming consultó su conciencia interior; su tía era una viuda de buen aspecto, gracias a la sangre de An Xun en sus manos, ahora estaba sola. Será una pena destruir su segunda primavera. Con ese pensamiento, Feng Ming posó sus ojos en el Rey de Li.

Esto resultó ser un error prematuro del Príncipe, en el mismo momento en que él se volvió hacia el hombre, sus ojos se encontraron. La mirada del rey era aguda como la punta de una cuchilla, e hicieron un gran trabajo perforando en el Príncipe. Feng Ming podía imaginar fácilmente las chispas eléctricas que fluían de los ojos del hombre.

La mirada de Rong Tian tenía el mismo nivel de intensidad electrizante, sin embargo, era diferente, Feng Ming se convertiría en un lío caliente y pegajoso, con el corazón y el cerebro completamente aturdido, como si se hubiera pinchado accidentalmente su dedo en un enchufe. En cambio, la mirada de Ruo Yan era sorprendente, como grietas de relámpagos y una vez que te ponía atención, quedabas con un frío severo. El gesto inamistoso, fue grabado en la mente de Feng Ming, que no pudo evitar romper a sudar frío. Feng Ming nunca había imaginado que un hombre le podría dejar temblando de inquietud por el mero uso de sus ojos.

La mirada fija duró por un breve momento. Aunque los efectos se detuvieron en el Príncipe, Ruo Yan encendió un aspecto más amigable y asintió en reconocimiento al Príncipe. La acción del rey envió hacia arriba hasta el último mechón de pelo de su cuerpo, Feng Ming se movió de su lugar con incomodidad.

Mientras retrocedía, sintió un tirón en sus mangas.

—¿Príncipe? —Preguntó Fen Yan suavemente.

—¿Eh?

La doncella le dio una risita, —Príncipe An He, la Tercera Princesa ha dado su pregunta para usted.

—Ah, ¿sí? —Feng Ming fue sorprendido por su propia distracción.

Tener un motivo para romper con la línea de fuego de Ruo Yan era bueno en este punto. Feng Ming sacó las mangas hacia abajo y le dio unas palmaditas a las gotas de sudor de su frente antes de volver su atención de nuevo a la princesa.

Los ojos observantes de la Princesa notaron como la tez de su sobrino palideció, con el ceño fruncido, continuó, —¿Por qué el príncipe está en pánico? —Ella pensó por un momento, antes de aconsejar, —En cuanto a la pregunta que he puesto para usted, no existe actualmente ningún método definido para dar una respuesta eficiente. Tampoco nadie ha estado a punto de resolver el problema. Por lo tanto, es completamente comprensible que responder a esta pregunta en el calor del momento está más allá de sus capacidades.

Tranquilizando a su tía Feng Ming respondió: —Estoy bien, sólo estoy sintiendo un poco de frío. —Dicho esto volvió automáticamente su atención hacia el foso de arena. La pregunta, instalada fue elaborada cuidadosamente con un palo de bambú. Al estudiar más de cerca, su tía había dibujado un círculo perfecto, casi como si se hubiera dibujado con la ayuda de un compás.

El público se centró en la forma dibujada en frente de ellos, estaba claro que el tema estaba centrado alrededor del círculo.

Feng Ming frunció el ceño, —¿Un círculo? 

Feng Yu Jiu Tian [ESPAÑOL]Where stories live. Discover now