22. La Condición

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¿Recuerdan que dije que este verano sería de y para nosotros?

Bueno, de hecho, si ha sido para nosotros, casi todos los días nos vemos, aunque sea por videollamada, no hemos salido hace una semana ya que estaba con algunas cosas de la universidad, aún no hemos hablado sobre qué va a pasar con nosotros cuando él entre a la universidad y yo siga en el colegio. Estamos hablando de dos semanas para que pase eso, lo sé falta muy poco. Ambos evitamos esa conversación, un día que quise hablar de ello y me dijo que no quería hablar de ese tema, que mejor aprovechemos el verano para estar juntos, cada vez falta menos para que se vaya y yo... No estoy lista para eso, me di cuenta durante estas semanas que me importa demasiado, más de lo que yo pensaba, lo supe el día que tuvo un accidente en una cuatrimoto con su hermano pero lo bueno es que no les pasó nada tan grave como fracturarse algo, solo me contó que su hermano se raspó una pierna y él se raspó la espalda ya que cayó de espaldas en el pavimento, estaba peor que una madre cuando me contó lo que le pasó, por más que me decía que estaba bien yo sabía que no estaba bien, sabía que lo había lastimado al abrazarlo cuando lo volví a ver, no llevaba ni tres días con el raspón en la espalda, obviamente iba a estar sensible en esa zona.

Estaba acomodando mi habitación, ya que ayer hubo maratón de películas mientras mis cuatro mosqueteros querían su Spa privado, ya estaba lista para mi cita con mi Crush, solo era cuestión de esperar a que viniera por mí, todas nuestras salidas han sido agradables, sencillas pero agradables, hemos ido a dar vueltas por las plazas, comer helado o cualquier cosas que nos guste pero mi Crush es fan del helado, hemos ido al parque a jugar como niños pequeños en las resbaladillas, incluso me ha acompañado a las librerías y con eso que me puedo tardar mil años en ellas, es como si fuera el país de más maravillas para mí, también lo he acompañado a las tiendas de música a buscar púas, cuerdas y un par de cosas más que se me olvidaron los nombres pero lo que más me gusta es cuando venimos para mi casa, caminamos tomados de las manos mientras él cuida que no me caiga de la orilla de la acera.

—¡Emma! —gritó mi mamá desde la planta inferior de la casa. Ya llegó. Lo supe cuando mi celular sonó a lado del espejo que tenía donde me miraba cada vez que me vestía y juzgaba si me quedaba bien o mal.

Él: Hola, Ardillita preciosa, baja de tu arbolito que ya llegué :)

Con una sonrisa boba tomé mi celular, dinero y mis llaves para meterlas en la bolsa de mi short de mezclilla que me puse con una blusa blanca con un logotipo de una carita feliz, iba con mi cabello atado en una coleta alta, hacia bastante calor el día de hoy. Salí de mi cuarto para ir hacia la planta inferior de la casa, al llegar casi a la puerta miré a mi mamá que estaba hablando animadamente con mi Crush, sí a mi mamá le cae muy bien mi Crush, hasta lo invitó a comer una vez, pero se negó, ya que iba a ser comida para perro si mis hermanos lo veían en la casa, pero eso no detuvo a mi mamá y le dio comida para que la probara.

—Ay, mira ya vino mi niña —sonrió mi mamá al verme—, bueno yo me paso a retirar, diviértanse, pero no tanto —mi mamá se despidió de mi Crush para irse de ahí con una sonrisa más grande que nunca.

—Me gusta cómo te ves, Ardillita —giré a ver a mi Crush que estaba vestido con un pantalón azul marino un poco rasgado de las piernas y una playera blanca lisa.

—Gracias, tú tampoco te ves mal —hablé evitando sonreír como idiota, una sonrisa se formó en su rostro al acercarse a mí.

—Qué tal si dejas de estar dentro de tu casa y vienes conmigo —ofreció su mano, solo asentí para tomar sus manos, él de inmediato me jaló hacia su dirección haciendo que choque ligeramente con su pecho, su mano libre se posó en mi cintura y la mano que antes sostenía la mía, acunó mi mejilla, su rostro se acercó al mío y depositó un beso en mi mejilla, eso ya se la había hecho costumbre—. Te extrañé —comentó separándose de mí para que yo pudiera cerrar la puerta e irnos.

Un Simple ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora