44. Oh. Dios. Mío.

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Yo no debería de estar aquí.

Yo no debería de estar en la habitación de Mai viendo como Bi y la pelinegra se arreglan.

Yo debería de estar en mi habitación ya sea leyendo, viendo un maratón de películas o, aunque sea retocándome el tinte de mi cabello.

Pero no. Aquí estoy encerrada en la habitación de Mai observando como ella y Bi se están arreglando para salir con los chicos. He tratado de todo para librarme de esto, pero no lo he logrado. Incluso fingí calentura y casi un desmayo, pero no funcionó. Lo único que provoqué fue que Mai se riera de mi cuerpo que yacía en el estúpido suelo frío de la habitación. Lo único que me consuela es que estoy sentada en el centro de la cama de Mai en posición de flor de loto con una gigantesca bolsa de Doritos y una gaseosa en el pequeño buró color rosa pastel a lado de la cama.

No me considero aguafiestas, al contrario. En mi anterior universidad salía cada fin de semana—obviamente antes de que empezara con el plan— y me divertía. Demasiado para mis gustos, hay cosas que no me gusta recordar y un par de ellas me da vergüenza de tan solo pensarlas en unos cuantos segundos.

Joder, como pude hacer tales cosas.

Todo por no medir mi consumo de alcohol. Hubiera preferido no recordar lo que hice el anterior día, pero lo recuerdo perfectamente. Cada detalle sin escapar alguno solo.

Dejé de estar sumida en mis pensamientos cuando mis oídos camparon el sonido de una canción. Dios no.

Incontrolablemente mis ojos se pusieron en blanco cuando se escuchó la canción de Spice Girls-Wannabe. No lo tomen a mal. No odio la canción, es muy pegajosa, todos alguna vez la escucharon, hasta puedo apostar a que se saben el coro. Mi cara de seguro era un poema cuando mis ojos se posaron en la rubia y el la pelinegra las cuales estaban bailando y cantando en el interior del baño con artículos rosas. Mi cara se contrajo al ver como Mai sostenía una pinza de cabello como micrófono al igual que hacía lo mismo Bi con la diferencia de que su micrófono era una brocha de maquillaje.

Solté el aire retenido en mis pulmones con cansancio al escuchar el coro de la canción y me dejé caer de espaldas hacia la cama. Con la mirada en el techo comencé a mover mis labios vocalizando el coro. No puedo evitarlo, la canción es pegajosa. Mientras que ni siquiera la voz se escapaba de mis labios, Mai y Bi estaban casi gritando la letra de la canción. Me siento como Bellota de las chicas superpoderosas mientras que Mai y Bi son Bombón y Burbuja. Estiré mi mano hacia mi regazo hasta que encontré lo que buscaba, la bolsa con Doritos que coloqué en mi estómago y comencé a comer acostada en la cama. Espero y que los Doritos se me atoren y muera ahogada. Me harían un gran favor.

Masticaba los Doritos sin prisa alguna, giré mi cabeza hacia la derecha encontrándome con la puerta del baño de Mai aún abierta y con ambas amigas dentro del mismo. Algo en mi pecho se comprimió al ver a Mai ayudando a Bi con el delineado, aunque era más probable que se arruinara ya que estaba cantando y bailando.

Extraño demasiado a Lili. Suspiré pesadamente viendo a ambas chicas animadas y sonrientes, tan llenas de energía y con el doble de ganas de vivir su vida. Un nudo en mi garganta se hizo presente. Yo solo soy una intrusa. Yo solo causo problemas y caos a donde me dirijo. Dominic me aseguró que podría empezar desde cero aquí, pero... ¿Para qué? ¿Yo para que quiero empezar de cero si siempre mi pasado tarde o temprano regresará para atormentarme?

Lili me ha dicho que Kira me está buscando para cobrarse lo que le hice a su estúpido chico. Ella obviamente no le ha dicho nada, Lili me ha pedido cuidarme el doble porqué ambas sabemos que cuando Kira quiere algo lo consigue y estoy segura en que no tarda en encontrarme. No tengo miedo en que me pueda pasar a mí, pero me preocupa lo que le pueda pasar a Dominic o a sus amigos junto con Bi y Mai. Solo de pensarlo me pongo tensa. Por eso no he salido también desde hace una semana de mi habitación. Es horrible tener que estar alerta todo el tiempo y con temor a que me encuentren con alguien de los amigos de Dominic y me amenacen con ello. Sé que he sido cruel con ella, pero ella empezó todo. Ella fue la que dio el primer golpe en aquella fiesta y como aquella vez no me dejaré. Tengo muchas que hacer simultáneamente; estar investigando donde está el cuerpo del chico, cuidar a Mai de ese trio de arpías porque también nos amenazaron a la primera oportunidad que tuvieron, no dejar que se entere Dominic de todo esto hasta que esté segura de que no le pasará nada, mantener mi dieta balanceada al igual que tomar mis vitaminas, no volverme loca y mantener mis trabajos y tareas en orden para mantener la beca y la habitación sin mencionar que esta debe de permanecer limpia.

Un Simple ErrorWhere stories live. Discover now