Ámbar cerró la puerta detrás de ella con sumo cuidado. Sentía el corazón acelerado. Nunca antes había sentido tan fuerte la necesidad de mantenerse a salvo a si misma, y sentía casi con certeza de que Choi era el causante.
La escasa luz solar era perfecta para esconderse, tenía solo un par de minutos antes de que la luz eléctrica se encendiera automáticamente.
El guardia estaba recargado sobre una columna del pasillo, poco atento y mirando al infinito, tan aburrido que de haber señal de satélite seguro estaría clavado en su teléfono. Esquivarlo iba a ser fácil, solo era cuestión de esperar a que caminara sólo 3 segundos hacia el lado contrario a su puerta.
¿Qué hacía tan riesgoso el salir de la habitación? Cuando la chica no había sido escogida por un cliente, podía moverse a su gusto siempre y cuando no interfiriera con una pareja. Pero si ella ya tenía un cliente establecido, su única obligación era mantenerse con el cliente y los guardias tenían eso muy en claro.
El momento perfecto llegó, el guardia se giró para encender un cigarrillo y ella corrió en puntas hacia el lado contrario. Una columna y el inicio de unas escaleras formaban el escondite perfecto. Se aseguró de ya no estar a la vista del mastodonte y entonces comenzó a caminar escaleras arriba, ágil pero silenciosamente, no podía perder nada de tiempo.
Al terminar de subir al segundo, piso giró al pasillo y cuatro habitaciones después estaba frente a la puerta que estaba buscando. No se escuchaba a nadie cerca así que tocó con sus nudillos.
–¿Quién es?
–Soy yo, Cheryl.
La puerta se abrió con algo de prisa, dejando ver un rostro de piel blanca y ojos miel con semblante preocupado.
–¿Ámbar? ¿Qué haces aquí? ¿Te han visto?
–No, pero lo harán si no me dejas pasar ya.
–Lo siento, pasa.
La chica se hizo a un lado para que entrara su amiga y cerró la puerta detrás de ella.
–¿Qué sucede?
–Necesito hablar contigo.
–¿S... sobre qué?
–¿Por qué tartamudeas? Sabes bien que yo no te haré nada.
–Hoy me han interrogado mucho.
Respondió Cheryl con tono desanimado mientras se sentaba en su sillón, cruzando los brazos y con la mirada baja y Ámbar a su lado.
–¿Camille sola?
–No estaba sola, pero... tampoco es que le hiciera falta ayuda.
Ámbar ya estaba acostumbrada a llevarle la contraria a todo el mundo allí, era dura y obstinada y aún así estaba consiente de que la rubia no era alguien fácil de tratar.
–¿Que te preguntó?
–Quería sacarme todo lo que sabía de tu cliente. Veo que le atrae demasiado.
–¿Y tú que le dijiste?
Su amiga se mordió el labio dudosa de sí decirle o no lo que sabía.
–Cheryl, Choi no quería que nadie lo reconociera aquí dentro. Apenas si tuvo algo de confianza en mi para contarme ciertas cosas y se alteró mucho al escuchar a Camille llamarlo por su nombre y rango, así que...
–¿Choi?
Interrumpió la de ojos miel, esbozando una sonrisa.
–Hasta donde yo recuerdo se presentó como el Teniente Choi ¿Desde cuando tan cercana con un cliente, Ámbar?
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Dame Palace (Choi Siwon)
قصص الهواةEstalló la Segunda Guerra de Corea, la causante de todo esto. Aquí es un magnífico lugar, una exquisita mansión, un palacio de ensueño con todos los lujos que te puedas imaginar... y nuestra prisión. Mas de 4 años atrapada en éste maldito lugar, aun...
