Dame Palace (Choi Siwon)

Capítulo 12

-¡¡Achúu!!

Sonó de pronto con un fuerte eco en todo el salón de baile, haciendo que la pareja se separara de pronto antes de que sus labios se tocaran.

-¡¿Es en serio?!

Se quejó Choi muy molesto mientras volteaba a buscar el origen de ése inoportuno sonido.

El inesperado estornudo resultó ser de parte del guardia que los vigilaba en ése momento, que era uno distinto al del día anterior. Choi sólo lo miraba con ojos acusadores. Le había arruinado todo el momento. Además ya había comenzado una canción diferente y sería imposible retomar ese ambiente.

-Disculpen. Ignórenme, soy invisible.

Contestó el gigantesco ejemplar humano. Si, claro. Invisible, pero no mudo. Pensó Choi.

A Ámbar le pareció muy graciosa la reacción de Choi pero contuvo su risa. Y aunque ella también se sintió algo frustrada por eso, al mismo tiempo lo agradecía. Realmente aún no se sentía lista para besarlo. No era que no le gustara la idea, o Choi, era simplemente que había soñado un ambiente más significativo y romántico para su primer beso. Y haberse dejado llevar por la letra de una canción no le parecía la mejor opción.

Al oír la voz del guardia, Ámbar se dio cuenta de que no era el mismo que los había vigilado el día anterior. Se giró a verlo y sonrió de lado.

-¡Vaya! Tal parece que al mamut no le gustó su encargo. Tuvo que cambiar turno con el gorila.

Se burló con una pequeña sonrisa. Teniendo una cara de molestia y un bufido como única respuesta por parte del aludido.

-No comprendo ¿Cambió de turno? ¿Y no se supone que sea así?

-Al contrario Choi. Se supone que sea sólo un guardia el que vigile todo el tiempo. Al parecer no les gusta nada tener que cuidarme.

Dijo Ámbar mientras caminaba a tomar una botella de agua de un pequeño refrigerador ahí instalado. Adiós cercanía que podría haber ayudado a retomar algo.

-¿Quieres decir que sólo debería vigilarnos uno durante todo el tiempo que yo esté?

Ella asintió con la cabeza y pasó el trago de agua que tenía en la boca.

-Exactamente así.

-Que extraño.

-No para mí. Ya es más bien una costumbre. Es hasta divertido saber que excedo sus límites.

Había algo en esa afirmación de ella que no le terminaba de gustar ¿Tanto deseaba estar libre que siempre se saltaba las reglas del lugar? Al parecer el Dame Palace era mucho más como una cárcel que un resort. Una cárcel con pisos de mármol, candiles de cristal y alfombras tejidas a mano igual que en una magnífica mansión.

-¿Siempre buscas saltártelos?

-Los que puedo, claro.

-¿Por qué?

Ya intuía la respuesta, pero quería escucharlo de ella. Ámbar miró hacia donde estaba el guardia y la hizo una seña a Choi para que la siguiera un poco más al fondo del salón. Eso más la música seguro amortiguarían sus palabras y el guardia no los podría escuchar.

-Porque necesito sentirme libre en todo lo que pueda. Quiero tener la esperanza de que podré salir y recuperar mi libertad.

Se detuvo unos segundos antes de continuar. Era algo que no quería recordar pero que últimamente le asaltaba muy seguido. Choi se quedó expectante. Se notaba que ella quería decir más.