Dame Palace (Choi Siwon)

Capítulo 21

–¡Gané!

–¡No es cierto, gané yo!-

–Lo dices porque no soportas perder.

–Terminé antes y lo sabes.

Discutían después de terminarse la ronda numero quien sabe cual. Ya hacía rato que se habían terminado la cena y lo único que sabían era que les sobraban 4 botellas de una caja de 12. Y es que para Ámbar después de los primeros vasos de coctel, el sabor del soju se sentía mucho mas suave y lo podía beber casi como agua.

–Estás loco. Olvídalo, lo definimos con la siguiente botella. Sabor... Ciruela.

Respondió ella sin notar su tropezada voz, tomando la botella de vidrio verde para abrirla y servir la mitad en cada vaso. Choi, un poco preocupado porque en un momento de lucidez entre el soju notó que perdía control sobre su propia mirada, y se descubrió a cada rato observando el busto, el cuello, los hombros o los labios de ella y deseando acariciarlos con sus dedos, nariz o sus propios labios, pensó que lo mejor era detenerse y hacer algo que lo distrajera de cometer un acto impulsivo y estúpido. Y en definitiva, el alcohol no era su mejor aliado en ése momento.

–Creo que... ya fue suficiente.

Choi la detuvo antes de que abriera la botella, quitándosela de la mano.

–¡Oye! ¡Dámela!-

–No.

–Entonces me tomaré las de uva yo sola.

Respondió Ámbar mostrándole la lengua y tomando las botellas entre sus manos.

–¡Ah, no! ¡Las de uva son mías!

Se quejó él al escuchar el nombre de su sabor favorito.

–Ven por ellas.

Choi se acercó alargando la mano para arrebatársela pero ella se alejó un poco haciendo que él casi cayera del sillón a sus pies, provocándole que soltara una carcajada.

–Ya estás borracho.

–No lo estoy.

–Claro que sí, casi azotas como costal de papas.

–Entonces tú también, hemos bebido igual.

–Mentira, yo estoy perfectament... 'Hip'.

Choi la observó con una media sonrisa cuando escuchó su agudo, corto hipo. Semejante al que haría un gatito, pensó él.

–¿Ah no? ¿Y eso que fue?

–Hipo, como el de cualquier persona normal.

Respondió ella haciéndose la desentendida. No admitiría que estaba ebria ni aunque lo notara, que no era el caso. Pero si debía reconocer que sentía la cabeza ligera y tenía algo de calor.

–Claro.

Respondió Choi con tono de que no le creía nada.

–Entonces estás de acuerdo, me quedo con las de uva.

Ámbar comenzó a hablar cambiando el tema.

–No. Son mis favoritas. Yo las quiero.

Recalcó él cada frase.

–Yo también. Ya te dije, ven por ellas.

Contestó ella imitando su tono.

–Ahora verás.

Choi se levantó del sillón para acercarse a ella y tomar las mencionadas botellas. A lo que ella reaccionó tomando las dos botellas de uva y poniéndose de pie para salir corriendo por la habitación, provocando una persecución tropezada pero llena risas y pequeños gritos.