➵𝟑𝟔𝟓 𝐃𝐈𝐀𝐒 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐄𝐍𝐀𝐌𝐎𝐑𝐀𝐑𝐍𝐎𝐒 ➵ ʲᵉᵃⁿ ᶜᵃʳˡᵒ ||©✓

⚡︎𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 6⚡︎

⇎𝘛𝘦 𝘥𝘦𝘴𝘦𝘰́⇎

—Me deseas Jean—

—Te deseó Carley—

Y si precisamente quedé en shock pero eso no fue todo, esque la presicion, la dominación, la forma en la que decía mi segundo nombre me mataba, su voz tan grave me desmoronaba al instante.

Sus palabras me impactaron de una manera única, quería darle al cuerpo lo que quería, de cierta manera ambos nos ecxitabamos cuando nos mirábamos, yo me arrodillaba por el y no para rezar. Aunque nuestros labios estaban muy cercas el los buscaba con tal desesperación, con tal exigencia con tal deseo, cuando estuvo a nada de hacer una danza con nuestras bocas, lade la cabeza.

—No.—
Afirme la voz.

—¿Que?—
Repitió confundido.

—Si me deseas, ganarme has que yo también te desé has que yo te pida que me folles y no pares.—
Mi voz era firme, indestructible ante el, sin embargo sabía cómo era e iba a decir algo que me destruyera totalmente.

—¿Que?—dijo con sarcasmo—Crees que no se que me deseas, crees que no se que a los diesiseis te tocabas pensando en mi, siempre me has deseado Carley que no lo quieras aceptar es otra cosa.—
Dicho esto salió del baño echo una furia como si cada paso que daba, cada paso que incendiaba la alfombra.

⭐⭐⭐

—Soy naim un gusto señora León—
Le sonreí al chico con acento español.

—Solo llámame Charlotte, un gusto naim.—
Estrechamos nuestras manos y lo observé.

Cabello negro-castaño ojos cafés, un poco más café claro que los de jean, un arito en la oreja, su cabello tenía un copete peinado hacía arriba, tenía cierto aire de un chico bueno, aunque no creía que era tan Santo.

—¿Que le gustaría hacer Charlotte?—
Pregunto el.

—No lo sé, no puedo salir, Jean controla hasta lo que como.—
Empeze a caminar, de la sala a uno de los pasillos, iba tocando delicadamente los marcos de los cuadros, Naim solo me seguía en silencio,  la casa era fría, hay casas que te trasmiten mucho, luz, buena energía, pero esta casa, trasmite misterio, oscuridad, miedo.

—¿Le gusta tocar el piano?—
Pregunto naim

—¿Te gusta hacer muchas preguntas?—
Le pregunté

—Mmm talvez—
Emitió una risita masculina.

Seguí explorando la casa, cada rincón, cada lugar incluso cada telaraña, cuando llegó a la alcoba, del tercer piso, al fondo, la alcoba excluida de todos, nosotros nos quedamos en el segundo piso, incluso las escaleras estaba en un mal estado, los cuadritos que había ahí estaba cubiertos con telas negras, todo tenía polvo y solo había un gran ventanal.

—¿Vas a entrar?—
Pregunto Naim, valla que era preguntón.

—No lo sé porque no entras tu.—
Me quejé.

Abrí la puerta, tire de la manejilla, cuando estaba a dar el paso hacia dentro, sentí su mano sobre mi hombro.

—Si Jean sabe que entraste...te matara—
Dijo en todo bajo.