➵𝟑𝟔𝟓 𝐃𝐈𝐀𝐒 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐄𝐍𝐀𝐌𝐎𝐑𝐀𝐑𝐍𝐎𝐒 ➵ ʲᵉᵃⁿ ᶜᵃʳˡᵒ ||©✓

⚡︎𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 29⚡︎

MI PEQUEÑO ÁNGEL, MI PEQUEÑO SUEÑO.
ύℓτιмο ϲαρίτυℓο

ʲᵉᵃⁿ ᶜᵃʳˡᵒ
Ella había sacrificado su vida por mi, cuando me abrí la puerta del auto me iban a disparar y ella se sacrificó por mi, mi niña hermosa me dejó, me dejó solo.
Estaba en la camilla del hospital, el catéter en su muñeca y yo a un lado de ella, mis ojos derramaban lágrimas gruesas, no podía dejarme solo, no podía, no podía perderla, no podía.

— No me dejes solo mi pequeño ángel, no me dejes.—
Hablé entre sollozos, mientras tenía una de sus manos entre la mía, pero era imposible, porque ella cada vez perdía calor corporal.

No me dejes

No me dejes.

Porfavor.

Te amo.

Yo no quería que me dejaras solo.

Pero lo hisiste.

Sus latidos disminuyeron y el pulsetro, empezó a hacer un ruido fino, como una alarma, ahí supe que la habia perdido, su calor corporal se había perdido totalmente, su madre quien también estaba ahí acudió rápido a los paramédicos, pero ya no se pudo hacer nada.

Todo paso por mis ojos como un collage de fotos, desde el primer momento en el que la vi vestida de blanco, hasta el último te amo parece que sentí todas sus caricias, todos sus besos, sus palabras.

—Lo siento mucho...no se pudo hacer nada por Carley, ni por el bebé—
Hablo el médico, mis ojos parecían cascadas, mi nena me dejó solo...solo...

—¿Bebé?—
Pregunté entre sollozos.

—Ella contaba con siete semanas de embarazo.—
Y en ese momento me quebré a un más, dos de mis sueños se habían ido, que había pasado con todo, en qué momento mi sueño se acabó, se llevó mis dos sueños, mis dos realidades, porque la vida es así porque.

Te perdí.

No un día.

Si no toda una vida, jamás nos volveríamos a ver y talvez cuando nos viéramos sería en una eternidad, mejor dicho en toda una vida, me dolía, me dolía, me dolía hasta el alma y esque yo pensaba que la volvería a ver, que volvería a escuchar su voz pero no fue así, porque el amor de mi vida ya no seguía con vida.

Me sentía perdido, roto, estúpido, me sentía de una manera jodidamente triste, la persona a la que más amaba se había ido y no por dos meses o dos días si no por años, por toda una vida.

—¡Ella dijo que estaría conmigo que lo nuestro sería un para siempre!—
Exclame asia mi madre y mi padre.

—¡Ella me amaba!—
Estaba estallando de dolor.

Mi cabeza dolía y esque aún ese collage de fotos seguía en mi cabeza, su risa, su voz pronunciando mi nombre, todo estaba tan presente, no podía creer que la había perdido, ningún dolor se compraba al que sentia, primero mi madre, después ella, estaba solo, me sentia jodido, me sentia perdido en un laberinto, de emociones y recuerdos.

Sus lindos ojos estaba cerrados para siempre.

Sus labios estaban cellados lata siempre.

Y ahora solo sería un recuerdo para mí.

Estaba colapsando, porque no te tenía, iba a ser feliz contigo, con el bebé que llevabas en tu vientre, con el fruto de nuestro amor, pero te fuiste como agua entre mis manos, te fuiste como hielo en agua caliente, te fuiste sin dar explicaciones.

Si ubiera sabido que ese último te amo sería el último que saldría de tus labios lo ubiera grabado, peor uno nunca sabe cuándo es el último.

Te amo y lo aré hasta la muerte, como tú lo hisiste, seré feliz sin importar nada como tú lo hisiste.

La última vez que vi al amor de mi vida lo vi en un ataúd.

Te perdí de la manera más fea en la que un ser humano puede perder a otro ser humano de la manera más trágica.

Gracias por los mejores tresientos sesenta y cinco días de mi vida...