Me tuve que casar por la empresa de mi padre, yo no quería, pero lo hacía por mi familia, por la estabilidad económica de mi familia y por mis padres, casarme jamás fue una opción, me case con el hijo de uno de los amigos de mi padre, Jean Carlo, yo...
Este capítulo es +18 si eres una persona sencible favor de NO LEER no me hago cargo de algún tipo de traumas, es nuevo hacer capítulos tan explícitos, si ven faltas de ortografía es porque me pongo nerviosa al escribirlo.
(Mamá si vez esto me hakearon)
Disfruten el capítulo pecadoras.
Empezamos.
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⇔𝘍𝘰𝘭𝘭𝘢𝘮𝘦, 𝘩𝘢𝘻𝘮𝘦𝘵𝘶𝘺𝘢⇔
Sus manos se fueron a mi trasero, lo apretaron y camino hasta la cama, callo sentado y yo sentada sobre su regaso, diosito perdoname pero.
¡Necesito que este hombre me folle!
—Te dije que podía llegar a castigarte jodes mucho — Hablo Jean con sensatez cuando me volteo y quedó a mis pies, me galo de los tobillos y mis piernas quedaron a cada extremo de el.
—Si y no voy a dejar de joderte.— Lo desafíe aún estando en la situación en la que estaba.
—Cada que lo hagas te voy a castigar.—
—Castigame entonces.— Y si aveces ser desafiante no era una ventaja, era una maldita desgracia.
—Eres tan inocente Carley.— Se inclino un poco a la cajonera de a lado y saco unas esposas.
Hay dios ayudame.
Las coloco en mis muñecas y las cerro, mamá perdoname, diosito no me mandes al infierno me lo merecía, además yo también era muy testaruda, además de que llevaba más de dos meses deseando tenerlo entre mis piernas.
Me volteo boca abajo, sus manos, desensieron de mis hombros hasta mi trasero, tomo el elástico de el short y los panties, los bajo, dejando mis nalgas a su merced.
—Eres una nena mala.— Dio dos azotes con sus grandes manos, solté un gemido bajo, Jean me prendía solo con tocarme.
¡hay papí!
Sus manos se posaron en mis caderas, las levanto un poco, y como acto seguido abrió mis piernas, sentía su contacto y veía los actos en el espejo que estaba al otro lado de la cama, me mordía el labio al verlo, tan posesivo y dominante, como fantaseaba con el.
Sus dedos se resbalaron por mi coño sumamente mojado, gracias a el, sus dedos se movían, jugaba a que entraban a mi vagina, pero no me penetraban, leves gemidos hiban inundando la habitación, estaba a la merced del chico que odiaba, estaba a sus pies, el podía hacer de mi lo que quisiera y no había reclamo, al fin y alcabo era de el, era solo de el, era suya, era su sumisa.
Sus dedos se empezaron a mover rápido sobre mi clítoris, hechaba mi cabeza para atrás, todo era una montaña rusa de emociones y sensaciones, incluso jamás experimentadas, todo era diferente para mí, se sentía raro pero me gustaba, me gustaba que fuera Jean quién me tocará, quién me dijera que era suya...
—AAHH MALDITA SEA JEAN.— Hable e tres gemidos al llegar al orgasmo solo con sus dedos, el era de esas personas que no solo tenían un aura dominante, si no también lo era, el era muy posesivo pero sabía cómo, el era a su manera, delicado, sus toques eran suaves, pero sabía cómo te hacía llevar al orgasmo de una y mil maneras.
—Follame como solo tú sabes hacerlo.— Esa noche mi orgullo quedó en el piso, pero la forma en la que me ecxitaba me hizo perder mi orgullo, me hizo aceptar que lo deseaba, me hizo aceptar que es tan malo en la cama como lo es fuera de ella, entonces hoy comprendí que desde esa noche me quedé sin dignidad, sin orgullo, sin ego y con alguien que amaba.
El me llevo al infierno esa misma noche.
—Eres mía.— Su mano dio un azote en mi nalga.
—Solo tuya, tuya.— No se que pasó conmigo se supone que lo odiaba, no que le diría que era suya y le aplicará que me follara en fin la sin dignidad me llaman.
Jean recorrió mi espalda, dejando besos húmedos, gemia al sentir la erección que había ente sus pantalones en mi trasero, me encontraba boca abajo, con los codos apoyados en la cama, con las manos aún esposadas, cada beso debilitaba mis brazos, me provocaba escalofríos, todo era tan jodidamente perfecto, se podría decir.
Mis brazos calleron y quedaron extendidos a lo largo de la cama, sentí como la polla de Jean se adentro en mi, solté un gemido, para después ambos empezar a llenar la habitación de gemidos de todo tipo, sus embestidas eran rápidas llenas de intensidad.
Me gustaba cuando el y yo éramos uno solo en la cama.
No supe cómo pero esa noche dormí en la cama del chico que odiaba.
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Nota de la autora;Hay dios santo 👁️👄👁️ esque ni si quiera se que decir osea no se, solo disfruten.
