Me tuve que casar por la empresa de mi padre, yo no quería, pero lo hacía por mi familia, por la estabilidad económica de mi familia y por mis padres, casarme jamás fue una opción, me case con el hijo de uno de los amigos de mi padre, Jean Carlo, yo...
Entre a su habitación, se escuchaba la ducha, así que decidí sentarme en su cama, ya ordenada, Jean salió de ducharse, llevaba una toalla en la cintura y se estaba secando su cabello con una toalla, me miro y suspiro.
—¿Que quieres Charlotte?— Pregunto seco.
—Quiero hablar contigo sobre lo de...ayer tu sabes.— Hable mientras lo veía directamente.
Se quedó callado.
—¿Lo recuerdas cierto?— Pregunté.
—Si y me arrepiento.— Aunch dolió.
—Jean yo...— Me interrumpió y gritó.
—¿Sabes cuánto lo oculte? ¿No? Cierto y que paso ¡Me rechazaste como si nada! ¡Mierda Carley lo tenía atorado desde hace mucho!!— Rasque mi nuca mientras veía hacia abajo.
—Escuchame porfavor.— Suplique.
—Solo permíteme demostrarte lo que siento y que es de verdad que no es un juego— Se sincero.
—Perdon Jean como te dije, lo aprecio mucho yo no lo ubiera aceptado.— Me acerque y estaba frente a el, tome su mejilla y con mi dedo empeze acariciarla.
—Deja hacerlo.— Suplico el.
—Solo quiero saber una cosa...¿No es un juego? ¿Verdad?— Me miro incredulo y rio sarcásticamente.
—¿Un juego? ¿Un juego? No eres mi puto pasatiempo Carley eres enserio.— Mi corazón lartia muy fuerte, no podía controlarme, mucho menos cuando la persona que me ponía así estaba frente a mi.
—Yo, no...no...— Me interrumpió con un beso.
Me beso.
Coloco sus manos en mi cintura, me apretó contra el y sentí el bulto que estába en su entrepierna contra mi vientre, me cargó y enrrolle mis piernas en su cintura, en un segundo se despegó de mi, y hablo sobre mis labios.
—Te amo.— Sonreí y volví a unir nuestros labios, en movimientos cálidos con movimiento llenos de intensidad.
El era un todo, pero a la vez un nada, ni si quiera sabía cómo explicar esque el primer día que habiamos tenido nuestro primer acercamiento sexual, ese día me hizo sentir satisfecha, con el, conmigo, con lo de ambos, pero no lo sé, el deseo ya había pasado pero aún tenía la necesidad de que el estuviera en mi entrepierna, ni si quiera se que decir, que pensar que sentir.
El desprendía un olor de shampoo masculino, su piel estaba fría, su cabello está húmedo, yo emrredada en su cuerpo y la toalla en su cintura a punto de caerse.
Nos vamos a la cama y en un movimiento ágil su mano está dentro de la blusa de seda de la pijama, donde con delicadeza sus dedos tocan mis pezones, un punto débil para mí.
Deja mis pechos para voltearme y quedar arriba de mi, ataca mi cuello, dejando besos y mordiscos, me gustaba que lo hiciera, me gustaba que el me marcara como suya, que el me pusiera un tatuaje en mi piel, diciendo Es mía el sabía cuidar lo suyo y me gustaba, porque el sabía lo que hacía y si me quería el era capas de tatuarse mi nombre en la frente por tal de que supieran que era solo de el.
Al final de cuenta yo era suya.
Solo suya.
Ya no siento la tela delgada de la toalla contra mi muslo, pero siento como está tan duro contra mi pierna, su boca en mi cuello, su mano en mis pezones y su otra mano jugando con el elástico del short, tomo su rostro con mis dos manos y lo miro, sus ojos sueltan un destello de deseo.
Le gustó.
Le gusta lo que ve, lo que me hago sentir, le gustan mis estrias, le gustan mis marcas de sobrepeso que aveces subo y bajo, le gustan mis cicatrices, le gusta todo de mi y me gusta, me gusta que el no busque físico si no química, me gusta que a pesar de que no soy la mejor, el me ve como la mejor no tiene ojos para otra solo para mí.
Lo beso y su mano baja un poco mi shorts yo le ayudo con mis piernas a quitarlo, cae a los pies de la cama, sus dedos dejan toques finos en mi zona, por arriba de la pantaleta, muerdo mi labio cuando sus labios van de enmedio de mis pechos hasta mi vientre, sus besos se detienen ahí, sus manos acarician el borde de los panties.
—Porfavor tócame.— Le suplico mientras le ayudo a bajar mis panties.
—¿Quieres que te toque?— Asentí con la cabeza varias veces.
Sonrió como un pervertido y hundió de nuevo sus labios en mi cuello, definitivamente le encantaba besar mi cuello.
Lo tome de los hombros y lo aventé a la cama, cuando su espalda la toco, me pose arriba de el, piel contra piel, mi coño sumamente mojado contra su polla erecta, me moví un poco encima, sus gemidos eran la cosa más seductora que podía oír, me gustaba que gimiera por mi, que yo fuera la que los provocaba.
—¡Ah demonios Carley!— Gimió.
Me impulse hacía arriba y entro en mi, grite de satisfacción, me gustaba sentirlo, aunque no se moviera me sentía satisfecha, empeze a saltar ensilla de el, arriba, abajo, arriba abajo, dentro fuera, la blusa que llevaba hace un rato había sido expulsada, Jean apretaba mis senos y yo solo gemía, la fricción que se hacía con la combinación de la piel de ambos era fascinante, pero sobre todo única.
Sentí como todo mi interior se calentó, cuando se vacío dentro de mi, dejando un sin fin de fluidos en mi vagina, aún seguía arriba de el, me daba miedo voltearlo a el.
Decir algo que no le gustará, algo que lo arruinara.
—Te amo— Susurro el cuando levanto mi cara de mi mentón.
Me recosté a lado de el, mientras el hacia mimos en mi espalda.
—¿A dónde quieres ir?— Pregunto.
—A donde sea, pero en donde tu creas que me vas a enamorar.— Respondí
Después de todo los Te amo no hacían falta, cada acción que hacías llevaba el Te amo...
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Nota de la autora:Espero y haigan disfrutado del Capitulo pecadoras, yo solo me encargo de escribir no de calentarlas JSKSJDKS
(Mamá si ve esto me hakearon yo no escribí esto)
(Crush si lees esto que tal si lo ponemos en práctica)
Su inocente escritora les manda mushoooos besitos ienos de amor...
