Capítulo 3.

161 27 1
                                    

Había muchas cosas en las que Yi Zhe no era bueno y, entre ellas, en la que era peor, era hablar con otras personas. 

El interior del coche estaba muy silencioso, tan silencioso que podía sentir con mucha claridad los zarcillos de dolor saliendo lentamente de la herida en su hombro y serpenteando hasta llegar a su corazón. 

"Yi Zhe".

Sin  haber recibido respuesta incluso después de mucho tiempo, Xu Tangcheng otra vez llamó su nombre con suavidad. Yi Zhe levantó su cabeza y se encontró con los ojos de Xu Tangcheng. En sus recuerdos que eran pocos y distantes entre sí, Xu Tangcheng siempre había sido paciente, justo como lo era ahora. Hubo bastantes ocasiones en las que también se limitaba a llamar su nombre y luego, en voz baja, decía...

"Di algo".

Las luces dentro del auto no habían sido encendidas. La única fuente de iluminación entre ellos era la luz brillando a través del parabrisas. Muy tenue, muy escondida, pero Yi Zhe sintió que bajo este tipo de iluminación el rostro de Xu Tangcheng estaba excepcionalmente claro. Su mano apoyada en su pierna se movió; sin darse cuenta, sus dedos tocaron un agujero que se rasgó en la tela durante la pelea en ese momento.  Los bordes sueltos eran suaves al tacto, provocando los surcos de las yemas de sus dedos. 

"Sí".

Con una simple palabra, Yi Zhe respondió la pregunta de Xu Tangcheng que en realidad era complicada. Suavemente, con facilidad, agregó un punto final a su conversación de esta noche. 

Xu Tangcheng no estaba seguro si su persuasión esta noche podría considerarse un éxito pero cuando el auto se detuvo en la intersección, cuidadosamente observó la expresión de Yi Zhe y vio que la otra persona miraba fuera de la ventana con un rostro tranquilo, pensando en algo. 

Algo debería haber entrado en su cabeza. 

Casi a las dos de la mañana, llegaron a casa. Cuando subieron al edificio, Xu Tangcheng repitió las instrucciones de la enfermera en voz suave. Yi Zhe asintió obedientemente y se despidió de él en la puerta de su casa. Pero cuando metió la mano en su bolsillo, se dio cuenta que la llave de su casa no estaba con él. 

Xu Tangcheng ya había abierto su puerta. Sacó la llave y se dio la vuelta, y vio a Yi Zhe parado allí torpemente. 

"¿No trajiste tu llave?"

Debería haberlo hecho.  Yi Zhe en realidad no estaba seguro de si no había llevado sus llaves o si las había perdido durante la pelea, pero aún asintió y dijo, "Sí".

"¿Está la tía Xiang en casa?"  Después de preguntar, Xu Tangcheng pensó que hora era ahora. Desvío la mirada y dijo, "Olvídalo, ven a mí casa y duerme aquí".

Yi Zhe tampoco tenía intenciones de llamar a la puerta. Si Xian Xiyi estaba en casa y la despertaba ahora, temía que todo el edificio se despertara con sus maldiciones. Pero al mismo tiempo, tampoco tenía la intención de ir a la casa de Xu Tangcheng. 

"No, gracias. Pasaré la noche en la casa de huéspedes de al lado".

"¿Por qué vas a una casa de huéspedes?"   Xu Tangcheng abrió la puerta e hizo una seña a Yi Zhe.  "Adelante".

Yi Zhe sacudió su cabeza. 

Ya que todavía era verano, Yi Zhe solo había vuelto a usar su camiseta que ahora tenía una manga cortada después de que le vendaron las heridas. 

Su camisa negra desgastada por la batalla con las vendas blancas en su hombro hacían una vista miserable. Xu Tangcheng tenía tanto sueño que apenas podía mantener sus ojos abiertos. Empezó a considerar que sería más fácil arrastrar a esta persona gravemente herida hacia adentro con fuerza bruta o continuar persuadiéndolo  con lógica. Después de comparar sus alturas, Xu Tangcheng escogió lo último. 

Un accidente a plena luz del día- Bairi Shi Gu [Editando]Where stories live. Discover now