Un accidente a plena luz del día- Bairi Shi Gu [Editando]

Capítulo 55.

Con respecto a la cuestión de salir del clóset, Xu Tangcheng había imaginado innumerables escenarios en el pasado.

Qué momento sería el más adecuado, qué tipo de tono facilitaría que su familia lo aceptara, en qué cosas podía comprometerse y en cuáles no… pero ahora, el asunto se reveló demasiado repentinamente. Sin ningún tipo de preparación, fue "obligado" a salir. Y fue solo en este momento que finalmente entendió, la realidad que realmente tenía que enfrentar era la que— entre esos innumerables escenarios— había sido eternamente el peor de los casos.

"¿Qué está pasando?"

Xu Yueliang y Xu Tangxi habían venido corriendo al escuchar el ruido. Intercambiaron una mirada, sin entender lo que estaba pasando. Cuando vio que los ojos de su esposa se enrojecían, aunque no sabía el motivo, Xu Yueliang se apresuró hacia ella y trató de consolarla. Pero antes de que pudiera alcanzar a Zhou Hui, ella de repente agitó la mano y arrojó el delgado abrigo a los pies de Xu Tangcheng.

Justo después de eso, finalmente dejó escapar un sollozo incontrolable.

"¿Sabes lo que estás haciendo?"

Xu Tangxi se había adelantado y también se sorprendió. Se detuvo junto a Xu Tangcheng, atónita. Cabe señalar que, aunque a Zhou Hui le gustaba regañar, en realidad tenía muy buen temperamento. Xu Tangxi y Xu Tangcheng ya tenían esta edad, pero en todos estos años, Zhou Hui nunca les había dicho una sola palabra dura, y mucho menos les había arrojado cosas.

Xu Tangxi volvió a sus sentidos. No sabía por qué, pero cuando vio la expresión de dolor de Zhou Hui, sus ojos también se enrojecieron sin darse cuenta.

"Mamá..." Su corazón dolía insoportablemente, la llamó suavemente y corrió hacia Zhou Hui.

"Tangxi". Xu Tangcheng extendió la mano y detuvo a Xu Tangxi. Mirando su rostro ligeramente pálido, dijo suavemente, "Ve a tu habitación".

"Ge..."

Xu Tangxi lo miró, luego a sus padres que estaban al otro lado. Ella no se movió.

"¿Qué diablos está pasando? ¿Eh? Di algo".

Xu Yueliang preguntó varias veces en rápida sucesión, pero ni Zhou Hui ni Xu Tangcheng respondieron, como si hubieran acordado de antemano guardar silencio. Al darse cuenta de las fotos en el suelo, Xu Yueliang se inclinó, pero justo cuando estaba a punto de recogerlas, Xu Tangxi tomó una antes que él.

Después de ver claramente lo que había en la foto, Xu Tangxi se congeló en medio de pasársela a Xu Yueliang. Incluso para ella, el contenido de esta foto fue demasiado impactante. Por un momento, no supo qué hacer y se giró nerviosa para mirar a Xu Tangcheng.

Inconscientemente sintió que no debería dejar que sus padres vieran esta foto, pero antes de que pudiera retirar la mano, Xu Yueliang ya la había tomado.

Xu Yueliang había vivido durante más de cincuenta años y esta era la primera vez que entraba en contacto con este tipo de asunto y, además, la persona involucrada era su propio hijo. Echó un vistazo a la foto y su cabeza se levantó de golpe. Los ojos que miró a Xu Tangcheng estaban llenos de incredulidad y conmoción.

Xu Yueliang por lo general no expondría un principio u otro para educar a sus hijos. Lo único que le había enseñado seriamente a Xu Tangcheng era decirle que tuviera cuidado. En este momento, Xu Yueliang tampoco dijo nada de inmediato. Miró a Xu Tangcheng con el ceño fruncido. Después de un rato, presionó la foto en su mano sobre la mesa de café.