Desconocido

XXXIV: Sueña conmigo.

Llegué a casa. ¿Cómo? No recuerdo.  Sólo sabía que me dolía la cabeza de manera exagerada. Aún estaba aturdida por lo que escuché decir a Pam está mañana. Era algo que no iba a poder superar.

Sabía que en algún momento me iba a tener que enfrentar a Elliot. Ojalá simplemente dejará de venir y desapareciera para siempre de mi vida.

Al parecer Elliot leyó mis pensamientos por qué esa noche no llegó ni a la mañana siguiente.

Al siguiente día escuché que todos en la escuela cuchicheaban algo.

Entre ellos vi a mi hermana, quién al verme corrió hacia mi rápidamente.

-¡Hally!- Gimoteo.- No vas a creer lo que pasó.- Dijo Isabella una vez estando a mi lado.

-¿Qué sucede?- Pregunté intrigada mirando alrededor.

-Alguien después de clases le dio una paliza a Pam y la arrastró hasta al baño.-Me contó Bella con voz baja.- Bueno, eso es lo que dicen.- Dijo subiendo los hombros.- Aún no se sabe quién fue el responsable pero Pam está en un estado crítico, sí despierta sabremos quién fue el demente que le hizo eso.-Agregó Bella con la intriga en sus ojos.

Alcé ambas cejas cuando Bella me contó esto. Pobre Pam, horas antes la había escuchado hablar muy tranquila con su amiga y hoy estaba a un paso de la vida y la muerte. Me estremecí.

¿Quién habría sido capaz de hacerle algo así? Claro, Pam tenía una gran fila de gente que la odiaba, pero no me imaginaba a alguien tan malditamente loco para hacerle eso.

Los murmullos en los pasillos fueron interrumpidos por las chicharras anunciando la primer hora de clases.

Al finalizar el día regresé a casa. Mi rutina de siempre pero ahora con dos grandes vacíos. Dos grandes vacíos que tenían nombre y apellidaban Keynes.

La ausencia de uno dolía más que el otro y que tarde me había dado cuenta.

Daniel pensé. Lo había perdido para siempre.

¿Y sí el aún sentía algo por mi? Tenía que averiguarlo.

Sueña conmigo escuché al quedarme dormida y efectivamente esa noche, soñé con Daniel y deseé que él también estuviera soñando conmigo.