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Las heridas de Sasuke habían sanado por completo y aunque era realmente placentero estar tirado en cama acurrucado con su novio de cabellos rubios, luego de unos días, ambos ya estaban cansados de la misma rutina y decidieron salir a algún lado.

Vagaron por los pasillos del palacio de la familia Uchiha antes de salir de ahí. Hicieron una competencia sobre quien podría cruzar más rápido un río a las afueras del reino. Descansaron a la otra orilla del cuerpo de agua; Sasuke sentado con las piernas cruzadas mirando como Naruto, sentado en una roca grande del río, picaba con una ramita los peces pequeños que iban pasando.

Durante la carrera, habían tomado partes de sus formas espirituales. Por su parte, Naruto usó la ventaja de la fuerza de sus patas caninas; y Sasuke despejó un par de oscuras alas, pero mantuvo su pie en el agua para qué contará como "correr en el agua". Al final, Naruto había ganado por su cultivación y fuerza física superior. 

—¿Qué edad tienes? —preguntó Sasuke, lanzando una pequeña piedra a la cabeza del rubio, quien la esquivó sin mucha dificultad.

—Ni idea, unos... ¿700? —Naruto no giró, pero por su tono, Sasuke sabía que estaba frunciendo el ceño.

—Ah, eres mayor que yo en este mundo —el Uchiha suspiró, estirando sus piernas para tumbarse de espalda en el suave pasto verde rodeado de pequeñas flores amarillas. De estas últimas, Sasuke tomó una para arrancar uno a uno sus numerosos pétalos delgados.

—Y más alto —soltó una risa burlona, esquivando otra piedra.

—Pero igual de cabeza hueca —Sasuke se encogió de hombros con una pequeña sonrisa.

〖 ° ° ° 〗

Sentada en el asiento principal¹ de una casa ajena, Kushina desplegaba su aura amenazante sobre los demás presentes, oprimiendo a todos miembros de la Corte del reino Qianshou sentados en fila a sus lados. Todos mantenían una expresión serena en el sepulcral silencio.

—Disculpe mi pregunta, pero, ¿por qué la Alta Diosa² nos ha convocado? —inquirió un ministro sin poder soportar más el frío silencio calándose por sus huesos. No era una deidad débil, pero con el campo de fuerza que ejercía Kushina, sus dedos temblaban dentro de las mangas de su traje oscuro. 

Otro ministro a su lado hizo un sonido al aclararse la garganta, esbozando una sonrisa tranquila al corregir— Diosa Inmortal³, ¿podría guiarnos a nosotros ignorantes ministros por qué nos ha honrado con su presencia? 

Kushina miró a quien había hablado sin molestarse en fingir una sonrisa. Era un hombre de apariencia joven, cabellos lacios sueltos y ojos penetrantes, un traje de tonos azules claros. Daba la apariencia de un erudito amable con sus delgados labios sonriendo gentilmente. No era sorprendente que supieran que había ascendido al sexto nivel, pero sus palabras decoradas con miel causaron sospecha en vez de halago de parte de Kushina. 

—Esta diosa⁴ ha venido a pedir que le entreguen a Jun Senju. 

Hubo otro rato de silencio en lo que los ministros, magistrados y funcionarios públicos se miraron entre sí, pero sin atreverse a abrir la boca para comentar o preguntar. Fue un primer ministro quien decidió tomar la voz. 

—Este ministro no entiende por qué la Diosa Inmortal ha venido a pedir a nuestro Tercer Príncipe, ¿acaso la hemos ofendido de alguna forma? —a pesar de su tono calmado, Kushina notó el desdén en sus palabras y lo ignoró. 

—¿Cuál es la condena para alguien que intenta asesinar a un Príncipe Heredero? —Kushina dirigió su pregunta hacia nadie en especial, pero fue el Primer Ministro de Justicia quien contestó. 

—Intento de matar al heredero del trono; romper los huesos del criminal, amputación de miembros con aceite hirviendo, muerte por mil cortes y abandonar el cuerpo sin darle un entierro para no poder renacer—sin muchos rodeos, el ministro de Justicia contestó. 

Kushina asintió con algo de satisfacción para luego hablar—El reino de Xuanwo y el de Qianshou han sido aliados desde tiempos antiguos, esta diosa no pretende arruinar nuestra relación, por lo que personalmente ha venido a pedir que entreguen al criminal Jun Senju. 

—¿No desea arruinar nuestra relación? —burló una dama con ropaje carmesí, con el que resaltaba de entre todos los demás. Continuó sin mirar a nadie— Son palabras muy bonitas, Diosa Inmortal, para alguien que nos está exigiendo que le entreguemos a uno de los príncipes sin explicación alguna. Realmente no tiene sentido de vergüenza. 

—Esta diosa los ha honrado con su presencia y amabilidad, solo es por la relación de nuestros reinos que no he matado directamente a su príncipe —Kushina comentó con calma, el sonido de sus largas uñas chocando con el mango de madera se hizo más notable y sus grisáceos ojos barrieron a los presentes—. Jun Senju ha intentado matar a quien heredará el reino de Xuanwo, de eso no tengo dudas. Esta diosa les ofrecerá dos opciones: o entregan al criminal, o esta diosa arrasará con todo para encontrarlo. 

—Realmente estás confiada de ti misma —suspiró suavemente el ministro más anciano, las arrugas de su frente se fruncieron con su ceño. 

—Puedo matarlos a cada uno de ustedes en este preciso instante sin que puedan ponerse pie. ¿De dónde crees que viene mi confianza? —comentó Kushina y a pesar de la tranquilidad de su tono, la atmósfera de la sala repentinamente se tornó más pesada, aplastando tanto el cuerpo como los espíritus de los presentes. 

—Esta diosa les otorgará doce horas, si en doce horas no veo a Jun Senju frente al palacio Luoxuan, entonces no me culpen por no ser amable —sin dar oportunidad a que se negarán o comentarán algo, Kushina se puso de pie y desapareció en una nube de humo. 

Con Kushina, la presión anormal sobre los demás por fin se disipó y pudieron inhalar una bocanada decente de aire. Algunos escupieron directamente sangre, producto de las heridas internas que Kushina había causado con su aura. A pesar de la firmeza que habían mantenido para dar una apariencia fuerte, ahora sus mentes estaban hechas un caos al no tener otra opción más que entregar al amado hermano menor de su monarca a su posible muerte. 

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1. Asiento principal: en toda residencia, hay un salón principal donde se hacen las reuniones formales. En el sillón principal, se siente la autoridad de la residencia (es decir, el jefe o jefa de familia), pero en casos especiales, se le cede el puesto a la persona con una mayor reputación, poder y edad.

2. Alta Diosa: un título para referirse a las deidades que han entrado en el quinto nivel y están a punto de entrar al sexto. Son muy pocos los dioses que llegan a este nivel y son altamente respetados por lo mismo. 

3. Diosa Inmortal: un título para referirse a las deidades en el sexto nivel. Existen menos de diez deidades que han llegado a este nivel y al tener tanta capacidad y energía espiritual, son prácticamente inmortales. 

4. Esta diosa: manera respetuosa de referirse a sí mismo en público o con personas que no conoces. Por ejemplo, si eres una reina, en vez de "yo", usarías "esta Reina" como etiqueta básica. 

Teme's TextOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz