Capitulo 6.

1.5K 154 68
                                    


—Tienes que venir a la fiesta, no invite a las hermanas Greengrass. Puedes ir sin ningún problema, por favor.

En ese momento de la noche estaba junto a Pansy en nuestra habitación. Tenía planeada una fiesta para dentro de unos días, yo no estaba muy segura de si asistir o no por el miedo a que las Greengrass me hicieran la vida imposible ahí.

Después de tanta insistencia de Pansy accedí, pero con la condición de que ellas no estarían.

—Más te vale que ellas no estén ahí, Parkinson. O te juro que te pasaré una rasuradora por la cabeza mientras duermas.

—Lo juro. —puso su mano sobre su pecho como si estuviera haciendo un juramento al mismísimo Merlín.

Me acurruqué en mi cama con el propósito de dormirme pero al cerrar los ojos la pelinegra empezó a darme pequeños empujoncitos para que despertara.

—¿Ahora que quieres, Pansy?

—Blaise y Theo me invitaron a su habitación a comer algo pero no quiero ir sola, no sé qué pensarán las otras chicas si me ven salir de ahí sola, ¿puedes acompañarme?

¿Comer? Gracias pero no gracias, ya cené.

—Es muy tarde. Además, ya comimos en el gran comedor.

—Por favor, Mack, acompáñame. —hizo un pequeño puchero mientras unía sus manos en una señal de súplica.

Yo era muy manipulable y ella muy buena manipulando, así que, antes de que pudiera reaccionar ya me encontraba caminando junto a ella a la habitación de los chicos. Con mis ojos entrecerrados por el sueño que tenia y mi pijama de ovejitas.

Cuando entramos estaban los dos chicos sobre sus camas esperando pacientemente y cuando me incorporé junto a Parkinson en el interior del dormitorio ambos me miraron con total estupefacción en su expresión.

—¿Por qué las caras largas? ¡Ya estoy aquí!

—Tú viniste aquí por tu novio pero ¿que se supone que haré yo con ella mientras ustedes se besen? ¿Chupetearmela?

¿Qué raios significa chupetear y por qué no me agrada la idea?

—Pueden jugar a las cartas o algo. Pero eso no es lo importante ahora, vamos a comer, tengo hambre.

La pelinegra me tomó de la muñeca y me sentó en el suelo junto a ella, al instante se nos unieron los demás.

Abrieron la caja de pizza y el agradable olor penetró mi nariz haciéndome cerrar los ojos. Tenía que contenerme, mi dieta iba muy bien, un trozo de pizza me destrozaría.

Cuando todos empezaron a comer entré en un debate interno de si hacerlo o no. Llegué a la conclusión de que no pero mi postura se desmoronó cuando Pansy me metía un pedazo de pizza a la fuerza.

Al instante en que sentí el extraordinario sabor mi estomago se alborotó y empezó a rugir como loco. No aguante la tentación y empecé a comer como todos los demás. Trozo tras trozo y se sentía tan bien, la culpa me carcomía por dentro pero él hambre aminoraba la sensación.

Cuando todo se acabó y Pansy empezó a besarse con su novio en su cama yo me quedé mirándolos sentada en un rincón mientras Blaise leía.

Y ahí empezó mi dilema, la imagen mía arrebatando como loca contra la pizza hacia eco en mi cabeza y me empezaba a preocupar.

—Con lo poco que comes en el comedor no creí que comerías tanta pizza, Mackeline, me sorprendes.

El chico moreno trató de sacarme ese tema de conversación pero sin darse cuenta hizo que el lío dentro de mi cabeza empeorara.

𝐄𝐧𝐬𝐞́𝐧̃𝐚𝐦𝐞 𝐚 𝐪𝐮𝐞𝐫𝐞𝐫𝐦𝐞. (Pausada)Where stories live. Discover now