Enséñame a olvidar #2 |+18|

Distracciones.

Capítulo 13:

Aly.

-A sus órdenes, jefe- dijo Lucas por teléfono mientras me abría la puerta del coche.

¿Estaba hablando con Aiden?

¿Conoces a otro jefe?

Pues no.

-Enseguida, jefe- dijo antes de colgar -póngase el cinturón Señorita Aliyana, la llevaremos con el jefe.

Espera, ¿Que?

-¿A la empresa?- pregunté.

-Si, señorita.

-Deja de llamarme así, me haces sentirme mayor. Llámame Aly.

-Como desee.

Me cerró la puerta y se subió delante con Marcos.

Mi móvil vibró y Lucas me miró.

-¿Quien la llama?- preguntó.

-Mi madre ¿Puedo cogerlo? Espero que si, por que si no la vas a escuchar gritar tu.

El afirmó con la cabeza y yo descolgué la llamada.

-Hola mamá.

-¿Cómo estas?

-Bien, voy para la empresa de Aiden.

-¿Sola?

Ojalá.

-No, con dos rocas andantes como guardaespaldas- Lucas me miró- sin ánimos de ofender.

-No ofendes- me aseguró.

-Si, algo me comentó Aiden.

-¿Que tal las cosas por allí?

-Bien, como siempre.

Estuvimos hablando durante todo el trayecto hasta la empresa de Aiden.

Una vez allí, me despedí de mi madre y Marcos me abrió la puerta para salir.

-¿Esto es necesario?- pregunté bajando del coche.

-Si, así lo pidió el jefe- respondió Marcos.

Genial.

No entiendo de que te quejas.

Lucas iba delante de mi y Marcos detrás.

Era la primera vez que visitaba la empresa, si. La primera vez en año y medio.

Era un edificio enorme, todo de cristal y con muchísimas plantas.

Lucas me abrió la puerta y me dejó entrar primero, pero no tenía ni idea de hacia donde ir, estaba completamente perdida.

Seguí a Lucas que volvía a estar delante de mi y me llevo a la zona de ascensores.

Vi que pulsaba la última planta, 15.

Madre mía.

El ascensor nos dejó en la 15 planta y Lucas una vez más me dejó salir primero, pero esta vez no se puso delante de mi.

Había un escritorio con una mujer detrás de él y una puerta blanca enfrente con un nombre en el lado derecho <<Director: Aiden Holt>>

Creo que con solo leer eso, mojé las bragas.

-Hola- dije al pasar por el escritorio.

-Hola, señorita Lagos, el Sr. Holt la espera.

¿Como sabia mi nombre?

¿Acaso importa? Entra ya.

Me giré para ver si mis dos rocas andantes estaban detrás y ahí estaban, apoyados a la pared mirándome.