No con mala intención.

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Capítulo 27:

Scott.

-Tu solo debes seguir mis órdenes.

-Esto es algo de dos, no vas a ser tú quien decida siempre.

-Alexa, querida... no te estoy pidiendo permiso- me acerqué a ella- aquí las órdenes las doy yo y tú las cumples. Si te digo que le grites, le gritas. Si te digo que la saques de quicio, la sacas de quicio. Si te digo que le hagas daño, se lo haces- me acerco más y me agarro de la barbilla- y si te digo que me folles, lo haces.

Ella sonrió.

-¿Te crees que voy a cumplir tus malditas órdenes?- se aleja -No tienes ni puta idea de con quien hablas.

Esta tía me pone demasiado.

-¿No estábamos de acuerdo en que los bebés tienen que morir?- pregunté arqueando una ceja -pues para hacerles daño a ellos, hay que hacérselo a ella. Mataremos dos pájaros de un tiro.

La vi sonreír de nuevo.

-¿Que te hace pensar que podrás pillarla sola? Aiden no la deja sola ni para respirar.

-Déjamelo a mi. Tú solo ocúpate de ella y yo de Aiden. En algún momento la dejará sola y entonces, será tu momento.

Volvió a acercarse a mi sonriendo.

Puso los brazos al rededor de mi cuello y yo la agarré por la cintura.

-Estoy dispuesta a cumplir una de tus órdenes- susurró.

-¿Cual?

-Follarte.

**

Aiden.

Trabajo; llamadas, mensajes, planos, papeleo, gritos...

Estoy harto de que me manden las cosas mal hechas. Desde que no estoy en la oficina, todo el mundo ha aflojado y eso no debe de ser así.

Sigo siendo el jefe, por lo tanto, me deben respeto y deben acatar mis órdenes.

Y en vez de eso, pasaban de mi.

Estaba hasta los huevos de tener que trabajar el doble por que algún que otro vago no le de la gana trabajar.

Creen que por que no esté en la oficina, no me doy cuenta de las cosas.

-¿Crees que algún día me levantaré y te veré sin trabajar?- preguntó Aly entrando al salón.

-El día que eso pase, preocúpate- reí.

-Lo que me preocupa, es que no descanses ni un segundo. Te levantas temprano y te acuestas tarde, trabajas más que cuando ibas a la oficina.

-Descanso bien.

-¿Y tus ojeras? ¿De que te salen?

-De mirar demasiado el ordenador.

-Y de no dormir bien.

Suspiré.

-Siempre me cuidas tu, déjame cuidarte yo a ti por una vez-sonrió.

-No hace falta- afirmo.

-Bueno, pues nada. No voy a insistir mas- se fue a la cocina para desayunar.

-Tienes tortitas en el microondas- le recordé.

-Hoy no me apetece.

Qué raro, si siempre se pone morada de tortitas, huevos y bacon.

Encendió el horno y se fue hacia el congelador.

Enséñame a olvidar #2 |+18| Where stories live. Discover now