𝐈𝐭'𝐬 𝐚 𝐛𝐥𝐨𝐨𝐝𝐲 𝐫𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞

646 123 91
                                    

Eighth Act
┊℘ Devil's arrival ²

▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄

▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

¿Es la primera vez qué tienes que ver algo así en un tiempo? Tú reacción fue casi como la primera vez

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

¿Es la primera vez qué tienes que ver algo así en un tiempo? Tú reacción fue casi como la primera vez.

Dieron tres toques en la puerta de su habitación. Sin ganas fue a abrirla. Era lo mismo de todos los días. Si al menos pudiera seguir asistiendo a la escuela su vida podría ser mucho mejor, pero sus padres tenían demasiado miedo y ya no atendían a razones. Antes de agarrar el pomo y salir de la pieza, escuchó una voz risueña del otro lado de la puerta. — Toc, toc, toc. Ya estoy aquí. — Al escuchar esa voz se sintió extrañamente consternada. Era tan familiar que no pudo evitar sentirse emocionada cuando abrió la puerta. 

Allí afuera ya o había nadie, pero escuchó unos pasos a su izquierda, la chica estaba corriendo y dando saltos al rededor del pasillo, huyendo de la escena tan pronto la sintió salir. Seina intentó perseguirla, pero era demasiado difícil. Habían demasiadas cosas a su alrededor. Los jarrones y las plantas decorativas se suspendían en el aire, las paredes se curvaban, las baldosas del suelo a veces desaparecían y el techo se caía. 

Dio vueltas a su alrededor, sin comprender que estaba sucediendo, hasta que de una esquina, vio la claridad, como si fuera una salida al mundo exterior que se había manifestado solo para ella. Corrió hasta ella, esquivando todo lo que se interponía, y allí afuera se encontró una peculiar escena que ya creía haber visto una vez. 

Un chico y una chica, en la entrada de la escuela, sujetando sus manos, con los dedos entrelazados y dedicándose miradas cargadas de amor. Aquellos rostros, sabía de que personas eran, pero al mismo tiempo no podía ponerle nombre a ninguno de los dos. Era como si sus caras estuvieran ocultas tras tachones en tinta negra. Se acerba, los miraba desde su costado, tocaba sus manos o brazos, y aún así los tachones no eran capaz de despejarse. 

Cuando se rindió e intentó volver, el escenario había cambiado. Estaba en una habitación, más concretamente era la suya. Al mirar hacia atrás, justo donde se suponía debía estar, ahora solo podía ver una ventana.  

𝐑𝐄𝐈𝐍𝐄〡Bang ChanWhere stories live. Discover now