CAPÍTULO OCHO - VERDADES A MEDIAS

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Eleora

Dicen que el tiempo es el mejor cicatrizante, que ayuda a cerrar heridas y a conformarnos con la verdad de los hechos que nos negamos a creer y aunque hayan pasado cinco años sin saber de mi madre el tiempo no ha logrado quitar de mi mente el deseo de saber de ella.

La búsqueda de mi madre no ha cesado y que Adolphe me mostrara la capacidad que tiene para saber lo que pasa en el mundo a través de sus cuervos tecnológicos me da la esperanza de encontrarla para descubrir por dónde anda escondida o disfrutando su vida sin importarle lo que le pasa a su única hija.

Hace dos horas que llegué de Francia después de comentarle a Adolphe sobre mi madre; quien me dijo que inmediatamente la ubique me mandará la información sin importar en cual estado se encuentre porque sin importar si está bien o mal necesito saber de ella. Es mi madre y en este mundo el poder pesa más que la sangre haciendo que no sepa qué pensar de su desaparición.

— ¿Entonces te celó con el francés? — Brooke comenta sonriendo— Un hombre como él celoso debe ser bien imponente—rodeo los ojos.

— ¿Qué celos? — golpeo el saco de boxeo— Ese hombre lo que no quiere es que otro toque lo que él tocó— respondo entre jadeos.

—Pero si se puso celoso con verte con dos mujeres vestidas con esmoquin imagínate como se puso al ver lo que el francés te tenía preparado — Ellie seca el sudor de su frente.

—Los celos ponen ciegos a los hombres y ven cosas donde no las hay— responde Brooke en la caminadora.

—Ese hombre no es capaz de querer— señalo golpeando el saco de boxeo —, solo consume —propino un jab al saco—, calcina— una patada — y mata— propino una combinación de cross, hook y un uppercut.

—Hey tranquila — Dante quien sostiene el saco me calma.

—Me enferma su actitud— confieso llevando un energizante a la boca.

—Debería enfermarte el hecho de que para verlo necesites excusas de trabajo— Brooke apaga la caminadora —, deben tener otra vía de comunicación porque estamos en pleno siglo veintiuno para valerse de fiestas para tener un acercamiento—entrecierro los ojos al notar la manera que habla moviendo sus brazos indicándome que va a tramar algo.

— ¿Tendrá redes sociales? — Ellie busca su móvil— Como es de la doble vida debe tener alguna red social manejada por su relacionista pública—suspiro por las amigas que tengo.

—Ustedes me estresan de verdad — declaro —, dejen a ese hombre tranquilo y vamos a la playa—propongo.

Las horas pasan hasta que los chicos y los escoltas se preparan para una tarde de playa. En una nevera entramos las armas por si ocurre cualquier eventualidad y me quedo observando a las chicas cuando salen en unos diminutos trajes de baño con un simple kimono por encima alterando a los escoltas que también van con sus ropas playeras.

— ¿No tenían otro tipo de traje de baño que las cubriera más? — pregunto cuando llegan a mi lado.

—Es a la playa que vamos— Brooke me repara — y si alguien debe cambiarse el atuendo esa eres tú — comenta.

—Joder Eleora— gruñe Angelo junto a Lucas con sus shorts y camisas blancas abiertas mostrando sus abdominales marcados «Son tan atractivos».

— ¿Qué pasa con mi atuendo? — pregunto observando lo que llevo puesto.

Llevo puesto un short de mezclilla, un sujetador de bikini, una camisa playera encima, un sombrero y gafas de sol. ¿Qué más quieren que me ponga?

ÉXTASISWhere stories live. Discover now