ÉXTASIS

CAPÍTULO VEINTIUNO - REVELACIÓN

Narrador omnisciente

El mundo cambia, cada vuelta que da la tierra a sol es un cambio nuevo para cada especie que en ella habita. La tierra que habitaba cada ser de luz y cada ser de la oscuridad estaba cambiando trayendo consigo decisiones que serían el punto quiebre para relaciones, la unión entre seres totalmente diferentes, admiración hacia un ser de la oscuridad que brillaba como si fuera el sol y decisiones que traían muchas maldiciones.

En Italia Lucas Simone admiraba el cuerpo desnudo de su pareja de más de ocho años, se sentía más que orgulloso de poder ser llamado esposo de un hombre como Angelo Salvatore un piloto reconocido en Italia que era perseguido tanto por hombres como mujeres a pesar de conocer su orientación sexual por su gran atractivo.

Ya era hora de pasar al siguiente paso y aunque había pensado las mil maneras de comenzar aquella conversación sentía temor por como reaccionaria ese hombre que lo veía como si fuera el ser más perfecto en la tierra.

— ¿En qué piensas? — Angelo se percata de la mirada perdida de su pareja— ¿No quedaste satisfecho con el sexo que tuvimos?

—No es eso— se levanta de la cama —, es solo que he estado pensando algo — lo abraza por la espalda—. Tu eres piloto, yo soy un médico que, aunque no ejerzo tengo una buena posición económica por la herencia de la abuela en la toscana...

— ¿Por qué incluyes el tema económico en esta conversación?

—Porque para lo que quiero hacer contigo se necesita tener un buen estado financiero.

— ¿Quieres un auto? — le cuestiona— ¿Una casa?

—No — responde suspirando.

— ¿Qué quieres entonces, amor? — Se gira acunando el rostro de ese hombre que amaba con locura —, dime lo que quieres.

—Nos conocemos de toda la vida, nuestra relación es estable, nuestra economía también y creo que ya llegó el momento de avanzar a la siguiente etapa.

— ¿Cuál etapa? — pregunta sin entender.

—Quiero un bebé — responde tajante —, quiero adoptar a un hermoso bebé junto al amor de mi vida.

Angelo mira los ojos de su amado dándose cuenta de por qué se sentía tan pleno al lado de ese ser de luz que había elegido como esposo.

— ¿Estás seguro? — pregunta sonriendo —, sabes que este mundo es algo complicado para adoptar a un bebé cuando estamos siempre en peligro.

— Quiero intentarlo — responde —, quiero compartir mis días contigo y con un hermoso bebé que nos llame papá.

Angelo se apodera de los labios de él confirmándole su respuesta, él siempre lo consentía en todo lo que le pedía porque Lucas a pesar de ser hijo de un consejero igual que él no recibió el mismo trato cuando se enteraron de que era homosexual.

—Hagámoslo — susurra sonriendo sobre sus labios.

Mientras tanto en Las Vegas los Mikhailov despedían a su nueva nuera que viajaría a Milán para continuar con su itinerario de invierno en el mundo de la moda.

— ¿Dejarás que siga en ese trabajo luego de la boda? — pregunta Galya a su hijo menor —, una Mikhailov debe ser grande y si no lo es en ese trabajo debes buscar algo en lo que si sea buena.

— Es la mejor en lo que hace, mamá — responde Andrei—. Tiene muchos contratos por más de cinco años, te aseguro que si no fuera buena no los tuviera.

La mujer lo escucha recordando la primera vez que tuvo a su hijo en brazos y sonriendo por saber que, aunque no pudo organizar la boda de sus sueños para Ivette ni tampoco la de Mihail saber que por fin podrá presentar a una nuera digna de su familia a la sociedad la llenaba de felicidad.