capítulo 48: Marioneta.

11.1K 1.9K 342
                                    

—¿Quién eres? —espetó Barret, enfadado—. ¡Quiero una explicación en este mismo instante!

De inmediato, apartó a Brett hacia el otro lado de la habitación. Fue solo un segundo, pero esperaba que fuera suficiente para Donovan. Porque yo lo sentí. Su desespero, su cansancio. Sentí todas sus emociones y lo mucho que le estaba afectando no tenerme a su lado.

—Te hace falta información —sonrió Brett, burlón—. Soy el único brujo que puede cancelar cualquier magia. Lo que sea que le hayas hecho, ya no tiene efecto.

Ahí estaba, esa maldita magia interfiriendo entre Donovan y yo. Cuando volví a perderlo, una lágrima rodó por mi mejilla. Gimoteé por lo bajo, ante su falta.

Lo quería a mi lado.

—¡Tú, maldito! —se abalanzó sobre él.

Apenas era capaz de escuchar que sucedía, pero pronto comencé a sentir como me movían de un sitio a otro. Mi corazón comenzó a acelerarse y por mero instinto traté de luchar, pero fue inútil. Me encontraba demasiado débil, sin fuerza alguna para oponerme.

Intenté gritar, moverme, hacer algo. Lo que fuera. Porque él venía. Él me estaba buscando.

Por eso y solo por eso, le clavé los dientes con toda mi fuerza en el hombro de quien fuera que me tuviera en sus brazos. Escuché una maldición, justo antes de sentir como alguien me golpeaba en la nuca, dejándome fuera de combate.

—¡Déjala! ¡No la toques! —escuché la voz desesperada de Brett, a lo lejos, como si tuviera la cabeza bajo del agua.—. ¡Donovan va a destruirte!

Y luego todo se volvió oscuro para mí.

Para cuando logré abrir los ojos una vez más, pude notar que todo había cambiado

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Para cuando logré abrir los ojos una vez más, pude notar que todo había cambiado. A mi alrededor, una habitación semi oscura se extendía. No podía identificar dónde me encontraba y tampoco tenía la fuerza para intentarlo. La magia de Barret ya no restringía mi visión y no estaban extrayendo mi sangre.

Estaba herida de muerte, noté. Por eso habían detenido sus continuos ataques.

Parpadeé un par de veces, tratando de ajustar mi visión. Necesitaba un poco de información, para saber qué hacer.

—Despertaste —escuché el alivio en la voz de Brett.

Lo busqué por la habitación en la que me encontraba, solo para darme cuenta de que aquello que creí era solo un bulto, en realidad se trataba de un mal herido Brett. La sangre se derramaba a su alrededor y no parecía ser capaz de moverse.

Yo no era la única en riesgo, noté con temor.

Era claro que le habían dado una paliza. Su ojo estaba hinchado, su labio partido. No sabía de dónde venía la sangre, pero era demasiada como para no notar que estaba en peligro.

—¿Estás bien? —intenté acercarme, solo para notar que tenía una cadena en mi pie—. ¿Cómo rayos llegaste a mí?

Me moví una vez más, incluso cuando sabía que era inútil. Frustrada, dejé escapar un grito. Brett solo me observó, como si estuviera resignado.

Donovan Black (En edición)Where stories live. Discover now